A Fonollosa lo entreví cuando lo mencionó mi amiga Xo. Debío ser por la época en que Albert Pla (no dejéis de visitar su página web que es una especie de Guadiana) le dedicó su Supone Fonollosa y un tiempo después llegó a mis manos. Le di unas cuantas vueltas, me gustó. Como tantos otros pensé que Fonollosa era en realidad un pseudónimo, pero resulta que no, que el tal Fonollosa existía. Entonces pregunté por él y resulta que para entonces ya había muerto.
De joven, alrededor de 1950, había publicado algún libro de poemas y luego desapareció hasta 1990 que publicó el libro de la imagen.
La historia del libro empieza con un encuentro casual con Pere Gimferrer en 1987 y después apareció este libro. Si teneís acceso a él contadnos qué dice Gimferrer de este hecho.
Podríamos hablar de los encuentros casuales o del poema que encontraron encima de la mesa de Fonollosa junto a su testamento el día que falleció y de la lectura del mismo a cargo de Robe Iniesta que aparece en el disco de Pla, pero no, hoy quería detenerme en sus poemas de amor a los que yo calificaría de inquietantes. Os dejo dos ejemplos de Fonollosa, uno cantado por Pla, Mujer mala:
y otro por Serrat, Por dignidad, tema que cantó nada menos que en el Festival de Benidorm de 1994. A mí me parece que se ríe pensando en los del Festival y en los de Tele 5, pero creo que no se enteraron mucho de qué iba la canción:
¿Nos regaláis una historia/poema de amor inquietante?
4 comentarios:
Cuando nadie nos oía,
y teníamos las manos llenas de palabras.
Cuando nadie nos miraba,
y teníamos los ojos llenos de estrellas.
¿Qué fue de aquello?
Cuando juntos reíamos nuestros pasos,
y las noches arrancaban besos a los días.
Ciegas las palabras, locas, sonreían.
Ciegas las distancias,
claridad, tus llegadas.
La boca llena de vientos, de risas.
Luego vinieron los adioses.
El tiempo calmó nuestros anhelos…
La distancia fundió nuestros recuerdos…
¿Qué fue de aquello?
Jesús, ¿qué fue de aquello?, que parece tan bonito, tan lleno, tan ilusionante.
Encontró, sin buscarlo, pero encontró a la persona con quién podía reemprender el camino.
Venció todo el miedo y se lo dijo. Pasaron días, muchos días, sin llegarle contestación. Se lo dijo por internet.
Pasaron años, y respiró tranquilo, seguía sin llegar la respuesta.
La respuesta siempre está en el aire.
el "negro fonollosa" es un tipo muy interesante, indagad,merece la pena...
al serle diagnósticada una grave enfermedad cuenta que obsesivamente pensaba por qué yo? después se dijo y por qué no yo?, el humor lo acompaño hasta el final de sus días.
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