sábado, 23 de febrero de 2013

Soluciones de baja tecnología o cómo hacer yogur en el radiador


Lo he pasado en grande viendo este artículo de Microsiervos y el enlace al que remite de 50 soluciones de baja tecnología para hacernos la vida más fácil. Entre eso y que una amiga me contó que en su casa seguían utilizando la yogurtera, el otro día sobró un poco de yogur de beber de Mercadona y pensé: ya que les he pagado y han financiado probablemente de forma ilegal al PP, esto no lo tiro. Así que lo llené de leche y lo puse encima del radiador. Al día siguiente tenía casi un litro de yogur cremoso y delicioso, mucho menos azucarado y mucho más sano que el original.
Y dándole vueltas al tema de la baja tecnología pensé en tantas cosas que hay de baja tecnología que nos hacen felices... y no me refiero sólo al mecanismo de una piruleta. La verdad es que son muchas y no deja de ser curioso que en este mundo ultratecnológico el mayor placer pueda ser algo simple como una tableta de chocholate o un café compartido.
¿Cuál es vuestra historia de baja tecnología?
Si seguís escribiendo en papel, por favor, transcribidlo en los comentarios para que podamos leerlo.

Os vuelvo a recordar que la próxima sesión presencial del club será el día 12 a las 19h y no el día 5 como os había dicho, porque el día 5 a la misma hora hay otra actividad en la Biblioteca a la que seguramente muchos querréis ir en la que se conmemora el Día de la mujer.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Concurso de microrrelatos Mancomunidad de aguas del Sorbe


Sirva este concurso (pinchad en la foto para ampliarla), entre otras cosas, para confundirnos en relación con los microrrelatos. ¿Desde cuándo se ha visto que un microrrelato pueda tener una extensión de dos páginas a espacio y medio?
Por resumirlo, tenéis hasta el 8 de marzo para envíar el "microrrelato" como piden, pero no os perdáis lo mejor. Resulta que el título debe ser obligatoriamente "¿Qué papel juega el agua en mi vida?". A lo mejor es algo personal mío, pero si me encuentro una historia con semejante título os aseguro que se me quitarían las ganas de leerla.
Así que nada. Si os animáis a escribir la historia contadnos.

Os tengo que decir que la próxima sesión presencial del club será el día 12 a las 19h y no el día 5 como os había dicho, porque el día 5 a la misma hora hay otra actividad en la Biblioteca con motivo del Día de la mujer que otros años ha merecido mucho la pena.

viernes, 15 de febrero de 2013

Deseo...


En el Caixaforum de Barcelona tienen una exposición muy chula que han dividido en tres partes que se exponen una detrás de otra. Se llama Qué pensar. Qué desear. Qué hacer. En el enlace hay un vídeo que explica sobre todo la primera parte: Qué pensar. Ahora mismo tienen expuesta la parte del Qué desear y dentro de la sala, la pieza que más interesa al público es una que se llama Eu desejo o seu desejo (Yo deseo tu deseo), 2003-2013 de Rivane Neuenschwander (en la imagen). Es una pieza en la que se pide que el público participe eligiendo un deseo de los que hay impresos en las tiras de tela y atándoselo en la muñeca. Algunas de las opciones son éstas:


Quizá ocurra como con esas pulseritas para turistas que si uno es capaz de llevarlas hasta que se caigan de viejas se cumple el deseo que se formuló al hacer el nudo. Yo elegí una que dice: "DESEO PARAR LA MÁQUINA CAPITALISTA".


El ejercicio de hoy no es sentarse con Kant y hacerse las tres preguntas: Qué puedo yo saber. Qué puedo yo hacer. Qué puedo yo esperar. Ni siquiera partir del arte, como dicen los que han montado la exposición, y reflexionar sobre el mundo e intentar transformarlo. El ejercicio es más simple. Basta concompletar esta frase:

DESEO...


lunes, 11 de febrero de 2013

Colorea saliéndote del círculo


Si en vez de pintar me pusiera a escribir ante esta propuesta escribiría algo así:

Mi abuelo hacía espirales de los Cuadernos Rubio con una perfección que me dejaba anonadado. Yo era incapaz. Mis líneas temblorosas nunca llegaban a cerrar bien el muelle mientras que las de mi abuelo daban la sensación de que se iban a poner a saltar y a rebotar por ahí, porque parecían de verdad.
Yo tenía 8 años y mi deseo era tener el pulso de mi abuelo. Diez años después, mi abuelo empezó a perder la memoria y ya no quise parecerme a él.

El ejercicio de hoy es que escribáis vosotros algo ante esta propuesta: "Colorea salíendote del círculo"

Ésta y otras muchas ideas entre disparatadas, artísticas y provocadoras, las podéis encontrar en el libro llamado "Destroza este diario".

martes, 5 de febrero de 2013

El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida


Este libro se publicó hace quince años sin muchas pretensiones y de repente se convirtió en un superventas. Sobre esta historia hablan en el blog Papel en blanco y nos dejan un fragmento que trata del pequeño placer de conducir por la autopista de noche:

"Es extraño el coche: a la vez es como una casita familiar y como una nave espacial. Al alcance de la mano, unos caramelos mentolados de regaliz. Pero en el cuadro de mandos esos polos fosforescentes de color verde eléctrico, azul frío, naranja pálido. Ni siquiera necesitamos la radio –tal vez la pongamos luego, a medianoche, para escuchar las noticias. Resulta agradable dejarse seducir por ese espacio. Por supuesto, todo parece dócil, todo obedece: el cambio de marchas, el volante, un toque de limpiaparabrisas, una ligera presión en el elevalunas. Pero al mismo tiempo el habitáculo nos maneja, impone su poder. En ese silencio acolchado de soledad, nos sentimos casi como en una butaca de cine: la película desfila ante nosotros y parece lo fundamental, pero la imperceptible levitación del cuerpo produce una sensación de dependencia consentida, que también cuenta lo suyo. Fuera, en el foco luminoso de los faros, entre el guardarraíl de la derecha y las matas de la izquierda, reina la misma quietud. Pero si abrimos el cristal de repente, el aire exterior abofetea nuestra semisomnolencia: resurge la velocidad brutal. Fuera, los ciento veinte kilómetros por hora tienen la densidad compacta de una bomba de acero arrojada entre dos guardarraíles."

He encontrado otro fragmento en un blog llamado impresioneslasjustas que me ha encantado:

"Casi podríamos comer fuera. La frase llega siempre en el mismo instante. En el instante mismo de sentarse a la mesa, cuando parece que es demasiado tarde para convulsionar el tiempo, cuando la ensalada está ya puesta en el mantel. ¿Demasiado tarde? El futuro lo hacemos nosotros mismos. Tal vez la locura nos mueva a abalanzarnos fuera, a pasar febrilmente el trapo por la mesa del jardín, a proponer que la gente se ponga un jersey, a canalizar la ayuda que despliegan los demás con torpe jovialidad, idas y venidas contradictorias. O nos resignaremos a comer bien calentito -las sillas están demasiado mojadas, la hierba está tan alta...

Pero tanto da. Lo que importa es el momento en que se pronuncia la frasecita. Casi podríamos... Qué grata es la vida en condicional, como en los juegos infantiles de antaño: Diríamos que tú estarías... Una vida inventada, que funciona a la inversa de la realidad. Una vida casi, con esa frescura al alcance de la mano Una fantasía modesta, consagrada a la degustación contrapuesta de los ritos domésticos. Un vientecillo de ponderada locura que lo cambia todo sin cambiar nada..."

El ejercicio de hoy sería encontrar más fragmentos del libro o añadir uno propio, un pequeño placer de la vida que compartáis con nosotros.

viernes, 1 de febrero de 2013

Ejercicios de Rayuela: El gíglico



El primer ejercicio de hoy es leer en voz alta el capítulo 68 de Rayuela aunque ya lo hayáis oído de boca de Cortazar:

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sústalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.


Una vez escuchado o leído seguro que os habéis enterado perfectamente del tipo de escena que es, aunque no hayáis entendido la mayoría de las palabras (el corrector ortográfico se ha vuelto loco). Este lenguaje es el gíglico.

Según la Wikipedia, "el glíglico es un lenguaje creado por Julio Cortázar (...) Se trata de un lenguaje musical que se interpreta como un juego, además de ser un lenguaje exclusivo, compartido por los enamorados, que los aísla del resto del mundo."

Otro ejemplo lo podemos encontrar en la obra de Cortazar El último round dentro de la que se recoge un texto titulado "La inmiscusión terrupta".

Así que el ejercicio de hoy es escribir algo en gíglico y ya nos entretendremos los demás en deducir y sentir lo que es.

Por cierto, que la próxima sesión presencial del club de escritura será el día 5 de febrero a las 19h en la sala multiusos de la Biblioteca de Guadalajara.