miércoles, 27 de agosto de 2014

Romero solo



Romero solo

Ser en la vida romero,
romero solo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el
cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet,
viendo cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el Rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el
cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un huerto.
Que sean todos los pueblos


y todos los huertos nuestros.



León Felipe es un poeta de los imprescindibles. Os recomiendo su obra, pero también os recomiendo que busquéis la historia de su vida que parece irle como anillo al dedo a aquella frase suya: "Los grandes poetas no tienen biografía, tienen destino".

Os he puesto el poema desnudo para que le pongáis primero vuestra voz, pero ¿sabéis lo que pasa? Pues que Internet es infinita y tiene todo. Nunca lo había oído recitado por él. Hasta hoy. A mí me ha llevado años y lo he disfrutado tanto poniéndole voz yo, que por eso os cuento esto, aunque os deje el enlace aquí debajo:



Romero es el que peregrina, el que va a ratos solo, a ratos acompañado. Va con fe en su paso, creyente del día de hoy, no le importa demasiado el futuro. El romero camina y se cruza contigo como si fuera la primera vez que te ve. Y tal vez lo sea. El romero va, no vuelve, va hacia todas las cosas, aunque sepa que todos los caminos conducen a Roma.


Os dejo abiertos lo comentarios para que habléis de vuestro peregrinar.

jueves, 21 de agosto de 2014

Libre




Libre 

Tiene que haber días
en los que me sienta libre
libre para elegir qué hago
dónde paso mis horas de luz
y mis horas de oscuridad
libre para seguir
o para dar la vuelta
libre

¿O no los hay?

Yo quiero tenerlos
aunque no sean todos
quizá porque no sean todos
pero los quiero
mataría por ellos

Un día
un rato libre
de verdad
lo cambia todo

Un día
un tiempo libre
de verdad
cambia ese momento
y los momentos de alrededor
y después
todo lo demás


Y nada, poned "Libre" en la hoja y dejad que la cosa fluya...
(Gracias Miguel por la canción)

viernes, 15 de agosto de 2014

Calentamiento global



Hoy os toca escribir un texto que se titule así:

Calentamiento Global

Y podéis escribir debajo, por ejemplo, algo así:

Todo se calienta
Entropía
Todo se desordena
y se hace más homogéneo
hasta convertirse en un puré gris
y templado

A lo mejor
luego llega el enfríamiento global
todo se cristaliza
y quedamos congelados en un témpano
hasta que algo cálido
un soplete
un sol
un beso
nos despierte



Es que lo de Berlín me ha gustado, porque dentro de unos días llegaré allí, pero salgo hoy.


viernes, 8 de agosto de 2014

¿Leer o amar?




Hoy tomo prestado este texto de Documenta mínima:


LA BÚSQUEDA


Más que un amante del amor, Jacinto Bermúdez era un amante de la literatura, o un tímido que se ocultaba tras un muro de papel y tinta. Jacinto Bermúdez creía que el sexo era un pasatiempo entre lectura y lectura y, aunque sabía que todas las chicas que habían pasado por su cama pensarían que lo de la pasión por la literatura debía de ser un cuento, él sabía que lo que era un cuento era su apasionamiento por el sexo.
Jacinto Bermúdez las llevaba siempre a su casa con la excusa de ense­ñarles su nutrida biblioteca y ellas sabían que no iban para eso, pero iban porque Jacinto era tierno y bueno, dulce y apocado~ cariñoso y tímido. Jacinto las llevaba a su dormitorio porque allí estaba la litera­tura y mientras él miraba los estantes ellas miraban la cama. Luego Jacinto tomaba entre sus manos un volumen con exquisito cuidado y les leía poemas, cuentos, historias. Él se sentaba en la cama y ellas se tumbaban para ser leídas y él se lanzaba a la lectura y ellas siempre, siempre, apartaban de sus manos el libro, le quitaban con cuidado las gafas y se lo comían a besos, a abrazos, a gemidos. Jacinto Bermúdez miraba de reojo el libro y pensaba, una vez más, que nunca encontra­ría a la mujer que compartiera con él su sueño de tomar el sexo como un pasatiempo entre lectura y lectura.

JOSÉ CARLOS CARMONA, Cuentos para después de hacer el amor, Signatura, Sevilla, 2003, 120 páginas.


La propuesta del día es: ¿Leer o amar?

Escribid debajo un ensayo, una gregería, un haiku, un epigrama, un relato, una novela, lo que queráis.

sábado, 2 de agosto de 2014

Pobre muchacha



Fonollosa no es nuevo en este blog. Como regalo de cumpleaños voy a escuchar el disco entero que le dedicó Albert Pla en 1995 utilizando los poemas del propio Fonollosa. El disco se llama Supone Fonollosa, una especie de Sostiene Pereira, pero más subversivo.

De todas las canciones hoy elijo ésta que se titula Pobre muchacha.

La letra es sencilla:

Pobre muchacha
Pobre muchacha hermosa apresurada
que deprisa vienes hacia mí al
cruzar la calle
y te pasas por mi lado sin saber que yo
que yo soy la razón de tu existencia
Tú ni siquiera me ves, yo te sonrío
y admiro tus cabellos
y tus piernas
y tu culo

Tú estás tan buena,
yo te haría tan dichosa
Pero tú ...
tú te lo pierdes con tu prisa.



Yo no soy tan hermoso como ella, pero hay cosas que me pierdo con mi prisa, y eso no puede seguir así.


El ejercicio de hoy consiste en empezar así:

Pobre muchacha/o hermosa/o apersurada/o...

Y luego, terminarlo.