lunes, 29 de agosto de 2016

Walden Pond y los mitómanos



Debe ser una ley no escrita que los referentes culturales no interesen a todo el mundo y mucho menos si son un poco contraculturales, aunque luego las ovejas blancas les hagan estatuas. Y para contracultural, Walden, y sobre todo Walden en la cuna del capitalismo salvaje actual. En realidad, nada amenaza tanto el sistema capitalista norteamericano como Henry David Thoreau, uno de sus hijos predilectos. Que sí, que es el defensor de los derechos civiles y tal, pero es, principalmente un revolucionario que nos dio todas las pistas y hasta el mapa necesarios para romper el sistema y salirnos. A mí siempre me interesó, pero nunca llegué a terminar Walden, aunque sí que me enteré de la historia de la cabaña y de lo que le costó construirla y de cómo la fábricó él mismo y se fue a vivir relativamente alejado de la civiliazación durante más de dos años.

Lo que quería contar en un principio es que eso que os conté de Zweig el otro día de bajarse del coche y en un hotel que está a 10 millas de la Walden Pond preguntar por ella a la recepcionista es arriesgar mucho. Perdone, ¿sabe cómo se va a la Walden Pond? Y claro, ella me dijo que ni se me ocurriera, que se tardaba más de hora y media sin contar con el tráfico...
En realidad eran 15 minutos con tráfico. Pero un problema de ser español, y eso no lo cuentan en españoles por el mundo, es que llegas a los sitios pronto y ya los están cerrando. De hecho muy educademante nos dijeron que ya estaba cerrado... Eso sí, me explicaron que lo acababan de abrir para un discapacitado, pero que cerraban en tres cuartos de hora. Yo le dije que venía desde España para ver la cabaña de Thoreau y el hombre no me pudo decir que no. Bastante discapacidad es ya ser español y amante de Walden. Retiró la valla y nos dijo que hasta las siete y media.

Y allí estaba la réplica de la cabaña construida a un kilómetro del emplazamiento original con mobiliario tampoco original, pero allí estaba.
Los bañistas del sábado por la tarde recogían y pasaban todos de largo excepto los niños que se paraban en la estatua.


Así que, queridos mitómanos, ¿por qué no nos contáis en los comentarios aquella vez que seguísteis los pasos de vuestro escritor admirado?
Ya otro día os cuento lo de la tumba de Walt Whitman o también os hablo más de Thoreau, que he leído las primeras páginas de Walden y me que quedado boquiabierto a pesar de saber que su cabaña de verdad quedaba sólo a media hora de la casa de sus padres y me lo he imaginado con un tupper debajo del brazo.





lunes, 15 de agosto de 2016

America y Walt Whitman


No os confundáis. Si alguien firma W. W. lo primero que pensaréis es en Walter White, pero, cuando pase la fiebre de Breaking Bad, estas iniciales seguirán siendo las de Walt Whitman. Walt Whitman es el padre de muchos poetas posteriores, porque hay caminos que un hombre o una mujer no pueden recorrer solos. Todos necesitamos que alguien nos preceda y abra brecha para poder ponernos detrás y, llegado el momento, atender a nuestro propio paso y abrir nuestro pequeño tramo para los que quieran venir después.

Por ejemplo, Stefan Zweig, la primera vez que visitó los Estados Unidos, después de bajarse del barco y llegar al hotel, preguntó por la tumba de Walt Whitman. Ésa era su prioridad, no preguntó por otra cosa y el recepcionista le dijo que no conocía a ese señor.

La tumba de Whitman está en Camden, al lado de Philadelphia y la diseñó él mismo. Aquí podéis verla.


Y ahora toca parar, eliminar todo ruido que pueda molestarnos y escuchar la única grabación que existe de la voz de Walt Whitman. Son los cuatro primeros versos del poema América. Todavía no miréis debajo. Sólo escuchad esto.

Y ahora escuchadlo con el texto:


America

Centre of equal daughters, equal sons,
All, all alike endear’d, grown, ungrown, young or old,
Strong, ample, fair, enduring, capable, rich,
Perennial with the Earth, with Freedom, Law and Love,
A grand, sane, towering, seated Mother,
Chair’d in the adamant of Time.


Os propongo esta traducción:



América

Lugar de hijas iguales, de hijos iguales,
Todos, todos amados del mismo modo, grandes, pequeños, jóvenes o viejos,
Fuerte, enorme, justa, imperecedera, poderosa, fértil,
Eterna con la Tierra, la Libertad, la Ley y el Amor,
Una Madre majestuosa, prudente, imponente,
sentada en el diamante del Tiempo.


El ejercicio es ir a América a comprobarlo, o si no, escribir un texto que lleve por título "América". Podéis dejar vuestro trabajo en los comentarios.



viernes, 5 de agosto de 2016

Camilo José Cela, el centenario de un escritor


Si no habéis ido a la Biblioteca Nacional a ver la exposición del centenario de Cela, id.

El año anterior a que le concedieran el Nobel a Cela, en mi instituto, con motivo de nuestra graduación, nos regalaron un libro. A unos les tocó Viaje a la Alcarria de Cela y a otros nos tocó Historia de una escalera de Buero Vallejo, que también es el nombre del Instituto. Los libros estaban firmados por los autores. Cuando me enteré de la noticia del Nobel pensé que no había tenido suerte. De hecho, cuando no me tocó yo mismo compré el Viaje a la Alcarria.

No sabía que Cela escribía siempre a mano con una letra muy pequeña y a la vez perfectamente legible, como se puede ver debajo. Este detalle de que toda su obra existiera primero manuscrita dio lugar a la rocambolesca historia del original de La familia de Pascual Duarte que terminó cuando éste regresó a su poder tras ganar el juicio a la Diputación de Cantabria. Lo divertido es que copió la obra "a plana y renglón" y se la regaló al anterior propietario porque, según él, quiso demostrarles que tal como ellos habían sabido perder, él sabía ganar.

Por cierto, que en su segundo viaje a la Alcarria lo acompañó una choferesa negra, Viviana Gordon, que era psiquiatra infantil y lo había dejado por el sufrimiento que le generaba tratar a niños tan enfermos y se había hecho modelo, pero esa historia no la investigo más que me pierdo.

En la exposición hay muchas frases, muchas imágenes y muchos objetos; desde el propio manuscrito de La familia de Pascual Duarte a decenas de botellas dedicadas a Cela por multitud de artistas que van desde Picasso a Henry Miller.

Para esta entrada he seleccionado textos que tienen que ver, como ocurre con la anterior entrada, con el oficio de escritor al que también se refiere Cela en uno de los vídeos de la exposición contando que su vida era muy simple: se levantaba a las seis, escribía hasta la hora de comer, luego se echaba siesta -"el yoga español"- y luego por la tarde seguía escribiendo hasta acabar el día. Tal vez no fuera así todos los días, pero muchos de ellos sí, y por eso abruma la magnitud y también la variedad de su obra.

Aquí van los fragmentos que he recortado para vosotros:
En el primero enuncia la ley del escritor que sólo tiene dos mandamientos: escribir y esperar.
En las dos imágenes siguientes aparecen fragmentos de entrevistas que no tienen desperdicio, por ejemplo cuando responde defendiendo su aislamiento para escribir: "Mira, Umbral, lo que no se puede hacer es pasarse la vida en el café arreglando el mundo".
En la cuarta escribe, después de conocer que van a publicar su primera novela, "Se acabó el divagar".
Y las tres últimas son frases destacadas en la exposición.









El ejercicio de hoy es el mismo de la última entrada del blog: contadnos que os parece todo esto en los comentarios. Ya sabéis, se escribe escribiendo y si no se os ocurre nada, escribid o escuchad a Cela en este vídeo.