lunes, 28 de enero de 2013

Orgullo y prejuicio cumple hoy 200 años


Leyendo El País me he enterado, gracias al artículo de Ángeles Mastretta, de que hoy se cumplen 200 años de la publicación de Orgullo y Prejuicio de Jane Austen.

Me ha dado por pensar en Jane.
He mirado su biografía y resulta que murió justo con la misma edad que tengo yo ahora, semana arriba, semana abajo, parece ser que por la enfermedad de Addison que actualmente es tratable.
Cuando publicó Sentido y Sensibilidad en 1811, ella tuvo que asumir el riesgo económico en caso de fracaso y además el título se publicó de forma anónima (fijaos lo que dice en la imagen: "Del autor de Sentido y Sensibilidad", pero ni sombra del nombre de Jane).
Qué mal asunto ser escritor y encima ser mujer.
Jane mira por la ventana y se sienta a escribir una línea que se le acaba de ocurrir. ¿Alguna vez alguien se interesará por mí?, se pregunta.
Jane piensa en poner por escrito sus más íntimos deseos y una vez lo hace, pero su hermano encuentra el papel años después y lo destruye; o lo guarda y al final se pierde.
¿Qué debe hacer un hombre con sus deseos? Se pregunta, ¿Y una mujer?
Qué oscuridad, trabajar oculta sin que se sepa que tú eres la autora.
Qué paz...


El ejercicio de hoy es que si habéis leído alguna novela de Jane Austen nos contéis o que continuéis este texto titulado: "Me ha dado por pensar en Jane..."


jueves, 24 de enero de 2013

El hobbit


He empezado a leer otra vez este ejemplar de El hobbit que me regaló mi tía Victoria hace casi treinta años. Entonces me gustó y ahora que he ido con mi hijo y sus amigos a ver la peli al cine, ha surgido la oportunidad de releerlo. Leemos por turnos mi hijo y yo. Cuando leemos juntos, yo leo más, pero luego el libro se lo queda él y va avanzando solo. Cuando volvemos a leer juntos, me cuenta lo que ha leído y seguimos con la historia. Ya hemos pasado Rivendel.

Os copio el principio del libro para que os ambientéis. En dos páginas, el tranquilo y cálido agujero hobbit en el que apetece quedarse a vivir se empieza a convertir en otra cosa con la aparición de Gandalf...
El ejercicio que os propongo sería que escribáis algo relacionado con los hobbits o con los libros que se leen a medias.


El Hobbit
UNA TERTULIA INESPERADA
En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad. 
Tenía una puerta redonda, perfecta como un ojo de buey, pintada de verde, con una manilla de bronce dorada y brillante, justo en el medio. La puerta se abría a un vestíbulo cilíndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de madera y suelos enlosados y alfombrados, provisto de sillas 
barnizadas, y montones y montones de perchas para sombreros y abrigos; el hobbit era aficionado a las visitas. El túnel se extendía serpeando, y penetraba bastante, pero no directamente, en la ladera de la colina —La Colina, como la llamaba toda la gente de muchas millas alrededor—, y muchas puertecitas redondas se abrían en él, primero a un lado y luego al otro. Nada de subir escaleras para el hobbit: dormitorios, cuartos de baño, bodegas, despensas (muchas), armarios (habitaciones enteras dedicadas a ropa), cocinas. Comedores, se encontraban en la misma planta, y en verdad en el mismo pasillo. Las mejores habitaciones estaban todas a la izquierda de la puerta principal, pues eran las únicas que tenían ventanas, ventanas redondas, profundamente excavadas, que miraban al jardín y los prados de más allá, camino del río. 
Este hobbit era un hobbit acomodado, y se apellidaba Bolsón. Los Bolsón habían vivido en las cercanías de La Colina desde hacía muchísimo tiempo, y la gente los consideraba muy respetables, no sólo porque casi todos eran ricos, sino también porque nunca tenían ninguna aventura ni hacían algo inesperado: uno podía saber lo que diría un Bolsón acerca de cualquier asunto sin necesidad de preguntárselo. Esta es la historia de cómo un Bolsón tuvo una aventura, y se encontró a sí mismo haciendo y diciendo cosas por completo inesperadas. Podría haber perdido el respeto de los vecinos, pero ganó... Bueno, ya veréis si al final ganó algo. 
La madre de nuestro hobbit particular... pero, ¿qué es un hobbit? Supongo que los hobbits necesitan hoy que se los describa de algún modo, ya que se volvieron bastante raros y tímidos con la Gente Grande, como nos llaman. Son (o fueron) gente menuda de la mitad de nuestra talla, y más pequeños que los enanos 
barbados. Los hobbits no tienen barba. Hay poca o ninguna magia en ellos, excepto esa común y cotidiana que los ayuda a desaparecer en silencio y rápidamente, cuando gente grande y estúpida como vosotros o yo se acerca sin mirar por dónde va, con un ruido de elefantes que puede oírse a una milla de distancia. Tienden a ser gruesos de vientre; visten de colores brillantes (sobre todo verde y amarillo); no usan zapatos, porque en los pies tienen suelas naturales de piel y un pelo espeso y tibio de color castaño, como el que les crece en las cabezas (que es rizado); los dedos son largos, mañosos y morenos, los rostros afables, y se ríen con profundas y jugosas risas (especialmente después de cenar, lo que hacen dos veces al día, cuando pueden). Ahora sabéis lo suficiente como para continuar el relato. Como iba diciendo, la madre de este hobbit —o sea, Bilbo Bolsón — era la famosa Belladonna Tuk, una de las tres extraordinarias hijas del Viejo Tuk, patriarca de los hobbits que vivían al otro lado de Delagua, el riachuelo que corría al pie de La Colina. Se decía a menudo (en otras familias) que tiempo atrás un antepasado de los Tuk se había casado sin duda con un hada. Eso era, desde luego, absurdo, pero por cierto había todavía algo no del todo hobbit en ellos, y de cuando en cuando miembros del clan Tuk salían a correr aventuras. 
Desaparecían con discreción, y la familia echaba tierra sobre el asunto; pero los Tuk no eran tan respetables como los Bolsón, aunque indudablemente más ricos. 
Al menos Belladonna Tuk no había tenido ninguna aventura después de convertirse en la señora de Bungo Bolsón. Bungo, el padre de Bilbo, le construyó el agujeró—hobbit más lujoso (en parte con el dinero de ella), que pudiera encontrarse bajo La Colina o sobre La Colina o al otro lado de Delagua, y allí se quedaron hasta el fin. No obstante, es probable que Bilbo, hijo único, aunque se parecía y se comportaba exactamente como una segunda edición de su padre, firme y comodón, tuviese alguna rareza de carácter del lado de los Tuk, algo que sólo esperaba una ocasión para salir a la luz. La ocasión no llegó a presentarse nunca, hasta que Bilbo Bolsón fue un adulto que rondaba los cincuenta años y vivía en el hermoso agujero-hobbit que acabo de describiros, y cuando en verdad ya parecía que se había asentado allí para siempre. 
Por alguna curiosa coincidencia, una mañana de hace tiempo en la quietud del mundo, cuando había menos ruido y más verdor, y los hobbits eran todavía numerosos y prósperos, y Bilbo Bolsón estaba de pie en la puerta del agujero, después del desayuno, fumando una enorme y larga pipa de madera que casi le llegaba a los dedos lanudos de los pies (bien cepillados), Gandalf apareció de pronto. ¡Gandalf!

viernes, 18 de enero de 2013

La revolución que está llegando




El otro día mi amiga Belén me envió otro vídeo de Pepe Mújica, un discurso de 10 minutos que te deja los pelos de punta. Es como la verdad íncómoda aquella de Al Gore, pero explicada de una forma mucho más sencilla.
Luego encontré éste otro en el que Mújica empieza explicando que las cosas no hay que medirlas por lo que cuestan en dinero sino en tiempo de vida nuestro o de otros. Y no tengo que recordaros que nuestro tiempo es limitado. Su explicación básica del capitalismo y sus trampas creo que deberían darla en las escuelas.
He imaginado lo que sería un mundo con tipos como éste. Desde luego la idea de lo que es progreso cambiaría y no dependería de un porcentaje de crecimiento anual. A lo mejor hay que pasarse 14 años preso en condiciones horribles para llegar a ser puro como Mújica que en eso me recuerda a Mandela. No sé. ¿Qué os sugiere a vosotros? ¿Cuántos como éste hacen falta para que llegue la revolución?
Yo por mi parte ya estoy preparando la mía.

viernes, 11 de enero de 2013

La vaca


Esta tarjeta me la dieron los de la Editorial Celya. Buscando por Internet cuentan que un niño ante el ejercicio de describir un mamífero y un ave escribió el siguiente texto que por lo visto se guarda en el Museo Pedagógico de París:

"El pájaro del que voy a hablar es el búho. El búho no ve de día y de noche es más ciego que un topo. No sé gran cosa del búho, así que continuaré con otro animal que voy a elegir: la vaca.
La vaca es un mamífero. Tiene seis lados: el de la derecha, el de la izquierda, el de arriba, el de abajo. El de la parte de atrás tiene un rabo, del que cuelga una brocha. Con esta brocha se espanta las moscas para que no caigan en la leche. La cabeza le sirve para que le salgan los cuernos y, además, porque la boca tiene que estar en alguna parte. Los cuernos son para combatir con ellos. Por la parte de abajo tiene la leche. Está equipada para que se le pueda ordeñar. Cuando se la ordeña, la leche viene y ya no para nunca. ¿Cómo se las arregla la vaca? Nunca he podido comprenderlo, pero cada vez sale con más abundancia.
El marido de la vaca es el buey. El buey no es mamífero. La vaca no come mucho, pero lo que come lo come dos veces, así que ya tiene bastante. Cuando tiene hambre muge y cuando no dice nada es que esta llena de hierba por dentro. Sus patas le llegan hasta el suelo. La vaca tiene el olfato muy desarrollado, por lo que se le puede oler desde muy lejos. Por eso es por lo que el aire del campo es tan puro."

Parece una leyenda urbana, pero también podría ser verdad.

Ahora pongo yo el ejercicio: describir un animal, un personaje o una cosa y no seáis muy ortodoxos.

lunes, 7 de enero de 2013

Rayuela cumple 50 años


Como Cortazar es una fuente infinita de posibilidades, dejadme pensar qué ejercicio hacemos mañana entre las 19 y las 21 horas en el salón multiusos de la Biblioteca de Guadalajara.
Pero creo que será algo de Rayuela, de cuya publicación se cumplen en 2013 50 años.

Por cierto, ¿qué ejercicios se os ocurren a vosotros?