jueves, 17 de septiembre de 2015

Todo y/o nada

hierro1g.jpg

José Hierro pasó literalmente años en un bar que había cerca de su casa. Allí leía y allí escribía y cuando murió, según cuenta Jesús Marchamalo, pusieron una placa que dice "Aquí escribe sus poema José Hierro". Así es la vida, o te ponen una placa o no te la ponen, o te quieren o no te quieren. A veces hay que elegir y elegir quedarse es todo y no elegirlo es nada. La ausencia palpable de universos paralelos es trágica y nos tenemos que quedar con todo o con nada y eso duele, a veces para siempre. Pero no quiero meterme también en el pantano del siempre/nunca. Volvamos al tema de hoy con un poema de José Hierro:

Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito «¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito «¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada.)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.


El ejercicio que os propongo es escribir algo donde digáis muchas veces "todo" y/o "nada" y si puede ser que encontréis alguna solución.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Amor, todo parece casi nada cuando te miro, todo el mundo es nada sin ti.
No sé si nada de tu amor es cierto del todo, tampoco sé si todo es eterno.
Simplemente te amo, aunque después todo se acaba, y llega la nada, la rutina y el olvido.
Nada flota en el aire si no pienso en ti. Nada me hiere de ti. Sin ti todo es amargo y baldío.
Aunque nada quedara del mundo, y nada constase de este momento, tu presencia lo sería todo.
Si todo volviera a ser vano y la nada me envolviera con todo su silencio, vacío y muerte; tu recuerdo lo sería todo.

jemart

Maria José dijo...

Dos hojas compiten sin saberlo en un riachuelo.
Nada.
La niña se ha inventado otra canción. La repite sin cesar.
Nada.
Ha caído otro año en medio del mismo de siempre.
Nada.
El abuelo ha sonreído, pero no le han visto.
Nada.
El árbol cubre la casa y pare sus frutos sobre el tejado.
Nada.
Ladra el perro. Sufre el perro. Calla el perro.
Nada.
Si pisas las baldosas rojas vives.
Nada.
Hay un silencio, uno.

Nada.

Nada.

Porque da igual que me sigas dos pasos atrás a mi espalda.
Ni que me rompa la voz gritándole a tu mirada.
Ni que atravieses la puerta como si estuviera cerrada.
Ni importa porqué te fuiste ni cuándo volverás a casa.
No quiero descubrir que pierdo otra batalla ganada.
Ya no quiero más excusas, ni sentirme abandonada.

Porque escriba lo que escriba, no te estoy diciendo nada.
Porque escriba lo que escriba, son frases encadenadas.
Porque escriba lo que escriba, ya no significa nada.

Nada.



Mª José Olivares

Anónimo dijo...

Mientras pienso en todo lo que me queda por hacer, sigo sentado, sin hacer absolutamente nada.

Manoletina dijo...

La vida es el todo, la muerte es la nada.
El dinero parece que compra todo,
pero en realidad solo compra lo que esta en venta.
Un sueño te lo da todo,cuando despiertas no tienes nada.
Dicen que la distancia es el olvido,pero en la mente se retiene todo,
la distancia en todo caso es la nada.
El ser humano no se conforma por regla general con nada,
por eso siempre termina perdiéndolo todo.

Anónimo dijo...

Sólo nadie sabe
lo que la nada es.
En conjunto al juez
del todo es lo que cabe.

Pues con percepción
así nos basta;
y ojalá concepción,
pero cuanto gasta

Todo, es demasiado codiciado.
Nada, quien la conoce.
El conjunto ya esta lisiado
y no hay nadie a quien le importe.