lunes, 27 de abril de 2015

Nunca es tarde


El otro día estuve en la presentación del libro de Benjamín Prado Ya no es tarde en la Librería Muga de Vallecas. Entre otras cosas nos contó el porqué del título que tiene que ver con la magia de mezclar dos cosas negativas ("ya no", "es tarde") para conseguir una positiva. Pura matemática. Luego contó una historia de dos anillos en los que pone eso mismo, pero bueno, que os la cuente entera él si quiere.

El primer poema que se leyó fue éste:


Nunca es tarde


Nunca es tarde para empezar de cero,
para quemar los barcos,
para que alguien te diga:
-Yo sólo puedo estar contigo o contra mí.

Nunca es tarde para cortar la cuerda,
para volver a echar las campanas al vuelo,
para beber de ese agua que no ibas a beber.

Nunca es tarde para romper con todo,
para dejar de ser un hombre que no pueda
permitirse un pasado.

Y además
es tan fácil:
llega María, acaba el invierno, sale el sol,
la nieve llora lágrimas de gigante vencido
y de pronto la puerta no es un error del muro
y la calma no es cal viva en el alma
y mis llaves no cierran y abren una prisión.

Es así, tan sencillo de explicar: -Ya no es tarde,
y si antes escribía para poder vivir,
ahora
quiero vivir
para contarlo.



No os digo nada. Empezad así: "Nunca es tarde..." y luego continuad si tenéis lo que hay que tener.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca es tarde para acabar ese libro que dejaste a medias, para decir lo que no te atreviste, para olvidar un mal paso, para frenar e ir más despacio, para mirar lo que quieres conocer, para aprender a hacer la maleta, para pasar el tiempo haciendo cosas inútiles, para soñar con lo que nunca se hará realidad.

Anónimo dijo...

Nunca es tarde, salvo cuando ya ha pasado el tiempo y no se puede hacer nada.
Nunca es tarde para respirar, ver y pensar.
Nunca es tarde, salvo que nos haya pillado la muerte.

jemart

BRAGAOMEANO dijo...

Nunca es tarde, si gozas de dinero y buen salud.