El juego es éste:
Mira en tu bolsillo, o en tu bolso y elige un objeto. Cuéntanos algo de él y, si quieres, de ti.
Yo he elegido mi carnet de la biblioteca. Tengo otro igual en el coche porque lo perdí temporalmente y me lo volvieron a hacer. No me gusta ninguna de las dos fotos. Creo que lo he elegido porque el que de verdad me gustaba era mi carnet viejo, casi saliéndose de su plástico envejecido, con una foto mía con menos de 20 años y un montón de pelo. Estaba orgulloso de mi número por lo bajo que era en esta ciudad en la que tienen carnet hasta los gatos. Creo que era el 956.
5 comentarios:
Ya no llevo nada en los bolsillos, y menos en fin de semana. Antes si que solía llevar la cartera o el teléfono móvil, un llavero con unas veinte llaves de las cuales la mayoría abren puertas que no quiero atravesar.
Tengo la cartera repleta de carnets con los números que me identifican, los clubs a los que nunca pertenecería si me admitieran, las fotos que me avergüenzan. Algo de dinero, una oración de la Madre Teresa, un trébol de tres hojas de Irlanda, el carnet de la 3º fila que me hizo Diego y una falsificación de la matrícula de arquitectura de Laura para poder colarme en la biblioteca de derecho.
Ahora todo eso va en una mochila que suelo olvidar intencionadamente en casa o en el maletero del coche. Si algún día me apetece echar a volar no puedo permitirme tanto lastre en los bolsillos.
Llevo dos tarjeteros llenos, uno el bueno, con tarjetas de credito que uso, según corresponda.
El segundo con mi tarjeta de presentación personal. Y otras que te dan puntos, según compres en tal sitio y mi carnet de conducir rosa, que por suerte, casi nunca me para la guardia civil y me lo pide,porque del sudorcillo, como lo intentes sacar de su funda terminara desapareciendo como un mensaje autodestrctivo del inspector Gadget.
Y siempre algo de dinero en efectivo a parte de varias llaves, de propiedades que dicen que son mias, pero en realidad son del banco. Y las llaves de mi coche, asi que parecen mis pantalones, los que llevaba el presentador del circo.
Yo nunca llevo nada en los bolsillos para poder usarlos.
Hombre, ahora que hace frio vienen bien para meter las manos y no enfriarnos.
Aunque a mi me gustaba más el que lo llevaba roto, en la boca el cigarrillo en una mano el cubata, en la otra el paquete de tabaco e instaba a la moza de turno a sacarle el mechero y se encontraba con otro tipo de fuego.
Llevo una piedrecita verde.
Me la dio mi pareja hace 6 o 7 años. Dijo que traería suerte. La guardé en el monedero y allí la dejé. No sé si la traerá, pero yo por si acaso la sigo llevando, no vaya a ser que venga la mala suerte.
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