miércoles, 11 de agosto de 2010

Autobio

La poesía de Gloria Fuertes está salpicada de poemas que se titulan "Autobiografía", "Autobio" o incluso "Auto". No los busquéis en sus obras de niños, sino es su poesía recogida en Cátedra; en sus Obras incompletas o en su Historia de Gloria. Se trata de relatos hiperbreves e hiperrealistas y por ello muchas veces surrealistas, en los que cuenta cosas que le pasaron, de una en una o de diez en diez. Disfrutad unos ejemplos:

AUTOBIO.

Nunca vi claro lo del clero,

ni siquiera de niña en el colegio

cuando te lo crees todo.

Cuando era pequeña,

tampoco me creí lo de la cigüeña.


AUTOBIO.

Nací a muy temprana edad.

dejé de ser analfabeta a los tres años,

virgen, a los dieciocho,

mártir, a los cincuenta.

Aprendí a montar en bicicleta,

cuando no me llegaban

los pies a los pedales,

a besar, cuando no me llegaban

los pechos a la boca.

Muy pronto conseguí la madurez.

En el colegio,

la primera en Urbanidad, Historia Sagrada y Declamación.

Ni Álgebra ni la sor Maripili me iban.

Me echaron.

Nací sin una peseta. Ahora,

después de cincuenta años de trabajar,

tengo dos.


AUTOBIO.

Mi niñez y juventud

fue de ataúd,

fue injusta y dura

(y no me hizo dura).

Y veo que hay gente,

que su vida fue cómoda y blanda

y son duros y agreden.


AUTOBIO.

Pronto me di cuenta

que era una errata eso

de que los niños venían de París.

A los seis años cambié la ese por erre.

Los niños vienen de Parir

-escribí en la pizarra de las monjas-.

Y me echaron.


El ejercicio está claro: escribir un "Autobio" que tenga al menos la misma chispa que las de Doña Gloria.

8 comentarios:

Mª José dijo...

Cuando nací,
no tenían habitación para mí en el hospital y me pusieron en el pasillo.
Crecí entre olivares; me los dio mi padre por apellido.
De niña, le daba besos al pan antes de tirarlo y con besos aprendí a hacerme perdonar.
No me gustaban las gachas, pero las cenaba la noche de San Juan para que las brujas no andaran por el tejado.
Me encontraba perros y los adoptaba. Mi madre rezaba para que no encontrara elefantes.
Ayudaba a mi hermano a matar hormigas y escuchaba a mis hermanas a escondidas.
Pero no me divertía matar insectos y no me importaban los secretos de nadie.
Ser niña era muy aburrido.

Hasta que aprendí a leer.


Mª José Olivares

BRAGAOMEANO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
BRAGAOMEANO dijo...

Nací encima de un candil apagado,
por eso mi miopía fue avanzada.
Mi infancia, en mi memoria esta borrosa,
Mi adolescencia cubierta de pajas y espinillas.
Con la primera mujer que estuve sexo practiqué
Pero jamás la besé.
El primer beso vino despues y muchísimo
más tarde vino la mujer con la que comparto
mi vida, mis penas y alegrías.
Los hijos hicieron escena,
la mayoría de las veces me hacen reír,
llorar me hace la vida en sí.
No tengo intención de morir joven,
pero si de estar rollizo y que los gusanos hambre no pasen.
Nací sin nada y debiendo dinero
morire.

David Ruiz dijo...

yo soy un escéptico
así que, como no lo recuerdo
no estoy seguro de haber nacido

pero antes de ser un escéptico
fui un crédulo

me creí lo de la cigüeña
[había tantas en los tejados de la ciudad]
y lo del pan debajo del brazo
solo que como llegué con algo de retraso
el pan ya venía duro
como la mollera

me creí lo de dios padre todopoderoso
me dejaron en la puerta de una carpintería
para que me educaran los curas
por eso soy un mal educado

cuando me di cuenta de que ni todo ni poderoso
me acabé largando
porque en las tragaperras del garito de dios
siempre ganaban los mismos

a día de hoy dudo que dios
fuera el gerente de aquel cuchitril

me creí lo de estudia hijo, estudia
para ser un hombre de provecho
¿y que tal si me aprovecho de ser un hombre?
no, tú estudia
pero cada vez que abría un libro
era para cargarme de incertidumbres y preguntas
por eso acabé en la escuela técnica superior

allí los catedráticos enderezaron
lo que los curas habían torcido
solo hay una verdad en el universo
y se llama lógica aplicada de tercero

salí de allí a prueba de fallos y con un título
que apenas aireo
solo cuando el estado me lo pide
ya que fue el estado el que lo financió

creí en bill gates y en el windows 98, en la amistad
en las películas beta y en el espectrum
hasta que todos ellos me acabaron dejando colgado

me creí todos los te quiero, todas las canciones
que hablaban de amor, las creí a todas ellas
algunas nunca me quisieron
otras aprendieron a dejar de quererme
las menos, nunca supieron lo que querían

creí que vivíamos el sueño cibernético de matrix
y que estábamos atrapados en nuestras vidas
al servicio de algo mecánico
pero más tarde me di cuenta de que
la vida no es sueño

un día me cansé de creerme las mentiras
de los demás
y empecé a creerme solo las propias
ese día me di cuenta de que era un escéptico
ese día empecé a escribir

Jesús Rocha dijo...

Me creí que dios existía, y supe que soy tan simple como una piedra.
Me creí que el mar era inmenso, y supe que un vaso de agua basta para calmar la sed.
Me creí que estaba en este mundo para hacer algo, y se que el tiempo pasa rápidamente, que el tiempo no existe, que todo se acaba,… Miento, se transforma, volveré a ser piedra.

María dijo...

Nací el día en que el Generalísimo pudo haber muerto,
y no le dio la gana.
Mil fotos me recuerdan lo que yo era,
Más de mil imágenes me recuerdan lo que yo creo que fui.

Infancia con veranos de moras, rebuznos y leche merengada.
Infancia con inviernos de violetas y bizcochos en la alacena de mi abuela.
Agua salada y agua dulce, siempre agua.
Celia me enseñó la guerra y el exilio.
Raskolnikov la desesperación y la muerte.

Juventud con veranos de amores trágicos que me dejaban sin sangre y dolor de entrañas.
Juventud con inviernos existencialistas, de cafés, cigarros y tertulias.
Noches de Alcalá y Cuatro Caminos, siempre noches.
Colette me enseñó el sexo.
Carmen a desenredar la madeja.

Madurez (¿?) con veranos de sueños rotos a la sombra.
Madurez (¿?) con inviernos familiares en mi cueva.
Saber escuchar verdades me dio amigos,
No saber decir verdades me hizo perderlos,
Siempre verdades.
Hajime me enseñó que el gris existe.
Camille me enseñó la soledad.

Hace más de dos años Pablo me enterró el Yo y me regaló el Tú.
Ya hace más de dos años que no me encuentro,
pero es que no quiero buscarme...

María

¡Olé tus cojones, Arturo! dijo...

Arturo Pérez Reverte ha escrito este artículo:

http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=1646033

¡Olé tus cojones, Arturo!

Al menos alguien sigue teniéndolos.

Aún no está todo perdido...

Jesús Rocha dijo...

La insensata mofeta,
pobre analfabeta,
tocaba pedaleando
la bulliciosa trompeta,
sobre su bicicleta.
Mira indiscreta
una hermosa teta,
pierde el equilibrio
clavándose la chaveta
sobre la dura glorieta.