sábado, 23 de mayo de 2009

Leyendas urbanas

Según la Wikipedia:

Las leyendas urbanas son relatos pertenecientes al folclore contemporáneo que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como crónica de hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunos parten de hechos reales, pero éstos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca a boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una "moraleja".

Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de "urbanas", que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador presenta a los protagonistas de una leyenda urbana como conocidos o parientes de alguna persona cercana (por lo que se las conoce también como "historias de un amigo de un amigo").

A todos os habrán contado fascinantes historias como éstas extraídas de la obra Leyendas urbanas en España de Ortí y Sampere:

Un chico visita con sus padres Nueva York. Mientras viajan en el autobús, el hijo entabla conversación con una joven. Como tienen que bajar, ella le invita a mantener un encuentro más pausado esa misma noche. Él accede de buen grado y quedan en verse a las ocho. Un tiempo después, aparece aturdido en una bañera llena de hielo de un hotel. No recuerda nada. Tanto es así que con mucha dificultad alcanza el teléfono y llama a sus padres. No sabe dónde está. Al otro lado del hilo, sus padres le dicen: «¿Qué ves por la ventana?». Y él comienza a dar pistas: «Hay un edificio con un cartel luminoso, una parada de taxis, etc.». Al final, lo encuentran y descubren que le han robado un riñón.

Una chica iba con su novio y decidió pararse en la calle Pelayo a comprarse unos sostenes. El novio le dijo que la esperaba en la calle, porque no estaba bien visto que un hombre entrara en un negocio de estas características. El pobre chico esperó y esperó y la chica no salía. Finalmente entró y no estaba. Al parecer, la secuestraron en el probador -que comunicaba con el edificio de La Vanguardia- y se la llevaron para trata de blancas. No se la vio más.

Muchos ciudadanos de Nueva York, al regresar de sus vacaciones en Florida, se traen a casa como recuerdo un pequeño caimán. Estos saurios de vivero chapotean con ternura en agua de grifo con sabor a cloro en el piso 54 de cualquier edificio. Pero sucede una cosa terrible: que el amor a los cocodrilos tampoco es eterno.

(Éste último texto aparece en Fiesta en Nueva York de Manuel Vicent)

El ejercicio de hoy consiste en inventar tu propia leyenda urbana y hacerla circular o en contarnos tu relación con estas historias que llegan un buen día y que tantas veces nos han hecho dudar cuando no morder el anzuelo hasta el sedal.

5 comentarios:

J. Rocha dijo...

Después de leer esto:
http://noticias.terra.es/sucesos/2009/0525/actualidad/herido-grave-tras-intentar-alunizar-bicicleta-joyeria.aspx
No se que poner, como siempre, se cumple: “La realidad supera la ficción”, al menos mi grado de fantaseo. Sólo me queda imaginar la situación creada y hacerme algunas posibles preguntas:
¿Llevaba casco? ¿Y de que tipo?-Yo hubiera usado uno de esos cascos de soldados prusiano, de antes de la primera guerra mundial, de los que tenían una punta de lanza en la parte superior. A lo mejor así, y enfilando con la cabeza por delante, lo hubiera conseguido- También en vez de una bicicleta de marca Orbea, que quieren pesar poco, habría usado una bici holandesa con más masa inercial, de esas que pesan veinticinco quilos.
Como no causó ningún daño colateral, ni rasguñó al cristal especial puesto para resistir a los acostumbrados alunizajes de anteriores intentos serios. ¿Lo acusarán de intento de robo o locura transitoria? De cualquier manera, la pena que le impongan, deberá tener la eximente de haber actuado ecológicamente, como un buen ladrón cívico con principios no contaminantes, tan raros en la actualidad, especialmente en el mundo del hampa.

David Ruiz dijo...

LEYENDAS [ESTRICTAMENTE] URBANAS

Tal vez no sea cierto pero cuentan que lejos de las ciudades, por la noche, el cielo está lleno de estrellas. Dicen que hay tantas luces que es imposible contarlas todas y que brillan como pequeños diamantes colgados de una tela negra. Tal vez no sea cierto.

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Me parece tan absurdo que no sé si creérmelo pero un amigo mío de Valdenoches [Guadalajara] me comenta que ha estado este pasado fin de semana en su pueblo y ha recogido con sus propias manos de un huerto pimientos, tomates y judías. Si estas cosas crecieran en el suelo ¿qué sentido tendrían los Mercadonas?

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Los ecologistas [que siempre están contando historias y trolas] dicen que hace un tiempo en España una ardilla podía ir del norte al sur del país sin pisar el suelo, simplemente saltando de una rama a otra entre los árboles. Ya hay que ser idiota para creerse que alguna vez España estuvo cubierta de vegetación pero para tragarse que hubo un animal llamado ardilla.

Me lo ha contado un primo mío que de esto sabe un montón.

UNA CERVEZA dijo...

Una vez conocí a Adua. A mí me caía bien y eso que era bien normal. No era ni muy algo ni muy bajo, ni muy gordo ni muy flaco, ni muy listo ni muy tonto... Vamos que era lo que se dice alguien de lo más normal. Eso sí, contaba unas historias increibles que él siempre decían que eran verdad, aunque yo realmente siempre he creido que eran unos cuentos maravillosos.
Así, por poner algún ejemplo, me hablaba de una chica que hacía autostop y cuando alguien la recogía desaparecía en la curva donde murió, o la historia de que en las alcantarillas de Nueva York viven caimanes (o cocodrilos) albinos junto con seres mutantes, o que fue a una boda y al ir a cortarle la corbata al novio, en lugar de usar tijeras usaron una motosierra con tan mala suerte que le cortaron al novio la cabeza... Como estas historias contaba mil, siempre en primera persona porque a él le habían sucedido, según decía.
Un día le pregunté el origen de su nombre pero no obtuve respuesta. Cuando se fue a otra ciudad me dejó resuelto el enigma: No era otro que el Amigo De Un Amigo, al que siempre le han pasado esas cosas y que las cuenta, aunque nadie le crea.

Jesús Rocha dijo...

Quiero comentar otro artículo aparecidas en la red, relativas también a las bicis:
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/29/castillayleon/1243585814.html
Después de leer esta noticia, para alegrarnos el fin de semana, estoy convencido de que las leyendas urbanas tienen un fundamento real; si no ocurrieran hechos como este publicado ( y no el día de los Santos Inocentes), y fuéramos capaces de inventarlo; seríamos tildados de irreales, de imaginar cosas imposibles. Otra vez, la tozuda realidad supera nuestra pobre imaginación. Está claro que el azar de la vida y el descontrol del ser humano, hace que ocurran cosas que ni se le pueden pasa por la cabeza. O a lo mejor, no conocemos toda la realidad, y se trata de alguna prueba sicológica de marketing para potenciar algún tipo de consumo, que una holding comercial está experimentado para sacarnos de la crisis. O tiene que ver con esta otra noticia: http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=616662&idseccio_PK=1021&h= , para aumentar la cuota de mercado de creyentes.

BRAGAOMEANO dijo...

Pepito se quito las costillas
flotantes, para poder llegar
a su pene y ser autosuficiente.
Vicent se fue a un club de carretera hecho cuatro polvos seguidos con diferente chicas y con la últma repitio, con los cual llego al quinto polvo, cosa bastante dificil de conseguir, pués hay un frase popular que dice : Eso es igual que el quinto polvo.
He echado tres polvos sin sacarla.
Me he bebido 25 güsquis y no voy pedo.