miércoles, 15 de octubre de 2014

Time for time


Este Graffiti de Berlín no necesita mucha explicación. ¿Se os ocurre algo que tenga que ver con el tiempo?
A mí se me ocurre esto:

La prisa


Cuando vas en tu coche por los recovecos de la ciudad que conoces a la perfección, encontrar delante a un conductor que no sabe dónde va es desesperante. Va demasiado despacio. Mira a derecha e izquierda y tú lo sabes porque el coche no va exactamente por el centro de la calzada; va un poco a la derecha o un poco a la izquierda y cambia de lado como si hubiera visto a alguien, como si quisiera aparcar. De repente ese coche despistado que te precede casi se detiene, pero no. Casi se aparta y estás a punto de poder sobrepasarlo en una de esas calles estrechas que podrías recorrer sin esfuerzo con los ojos cerrados, pero no. Mascullas una maldición y el pobre hijo de su madre parece que te oye, aunque sea a la segunda o a la tercera y por fin se hace a un lado. Tú lo superas y miras a ver quién era, pero era alguien como tú. En realidad eras tú mismo, cuando no sabías el camino, cuando creías que no sabías el camino y te movías de otro modo. Cuando mirabas a todos lados y te detenías y así nunca viajabas por un túnel que te llevaba a lo mismo  todos los días.


2 comentarios:

BRAGAOMEANO dijo...

Cuando uno no es dueño de su propio tiempo, surge la prisa. Cuando uno esta siempre a las ordenes de alguien, la prisa es la prioridad. En mi caso particular, primero de mis clientes, que no tienen mañana y tarde para ir a por el pan. Que siempre hay algún cliente en cada uno de los despachos, que si llegas 5 minutos tarde, se toca el reloj y te dice con muy mala educación : ¿ Que pasa, que te has dormido ?, a lo que yo por dentro respondo: Se habrá dormido tu puta madre. Aunque en realidad, esbozo una sonrisa falsa y sigo con mi trabajo. Lo que no quita, que cuando vuelvo a coger la furgoneta y me encuentro con alguien como el que has puesto de ejemplo, se me coman los demonios por dentro y me den ganas de estrangularlo. Cuando por fin termino mi reparta y paro de correr, me toca volver a casa, también mirando la hora, no sea que llegue 10 minutos tarde y entonces mi mujer me diga : ¿ Es que no puedes salir antes ?, ¿parece que no quieres salir de Guadalajara?.
Luego si no me tienen preparada ninguna actividad "extra-escolar", me hecho la siesta, pero cuando me levanto, es de noche, ceno, veo un poco la tele y otra vez a acostarme, para levantarme de madrugada, apurar unos minutos al reloj y darle zapatilla al coche, para no llegar mas de 10 minutos tarde, así 6 días de la semana. Y el Domingo que podría no tener que correr, ya me tienen preparada alguna escapada familiar, no sea que el coche se enfrié y no le de la gana arrancar.
Así que, estoy deseando ser dueño de mi vida, ¿ Me llegara en la jubilación ?, ¿ querrá el azar que me haga millonario en los juegos del estado ?, ¿ o habrá que morirse para poder descansar en paz ?

Anónimo dijo...

Estoy muy de acuerdo con la frase “Cuando uno no es dueño de su propio tiempo, surge la prisa”. La mayoría de nuestro tiempo lo tenemos: empeñado, cedido, transferido, vendido…y comerciamos con él. Nos queda el tiempo justo para dormir y recuperarnos de esta vida en carrera continua. Sólo los duermevelas y el retozar en la cama, nos salvan de la quema del tiempo. En los momentos en que soñamos despiertos, ensoñamos y fantaseamos, podemos ser felices: Nos gustaría hacer, ser o tener cosas imposibles. Es el único momento en que somos dueños de nuestro tiempo. ¡Viva la vagancia y el poder retozar en la cama! Es ecológico, no contamina, es barato y no hacemos daño a nadie.
jemart