lunes, 20 de febrero de 2012

Frase del mes V

Maribel reflexionó aquel día y nos dejó esta joya. ¿Qué os sugiere?:


La soledad acompañada es mucho más triste que la propia soledad


A mi me ha recordado las 15 torres medievales que aún se mantienen en pie en San Gimignano y a las que nadie sube.

9 comentarios:

Mª José dijo...

...Y a mí me ha recordado que en Siena perdí el autobús que me llevaría a San Gimignano, y no pude ver sus torres.


No hay mayor soledad que estar de pie en un andén de estación y que te avisen de que tu autobús ya salió(!cuarenta minutos de espera!)

Jesús Rocha dijo...

La soledad, las soledades…andan por estos mundos dando tumbos, yo con la mía, tú con la tuya… andan cerrando puertas o abriendo ventanas. Según como se empleen, nos agrandan o empequeñecen. Solas o acompañadas; si se mezclan: se corrompen o contaminan; se pueden destruir o afianzar. Las soledades se valen de torres solitarias: puede servir como atalayas para ver más lejos, o como prisiones para no ver nada. Hay soledades positivas y negativas; destructivas, cuando nada aportan: egoísta y capitalista, defensora del libre mercado, de las miserias. Las otras soledades comunes y positivas: reflexivas, creativas, que dan sin esperar recibir, son soledades que hacen de las gentes algo bueno.

BRAGAOMEANO dijo...

Eso es caminar ausente entre la multitud.

Henry dijo...

Cuando invites a la soledad a tu vida, asegúrate que venga acompañada.

Jesús Rocha dijo...

Invierte en soledad, saldrás ganando.

BRAGAOMEANO dijo...

http://www.youtube.com/artist/Ilegales?feature=watch_video_title

BRAGAOMEANO dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=2sDPaSK7TsM

Henry dijo...

Se me antoja un relato:


Las estaciones de LaSoledad.

Un día de verano, corriendo por el parque, pensando en mis cosas, me encontré con LaSoledad. Estaba sentada en un banco, sola, triste. Decidí pasar por allí varios días más. Ella siempre estaba sentada, sola, triste, en el mismo banco. Otro día me miró cuando pasé por su lado; al siguiente me senté a su lado y me sonrió. Llegué a casa contando a mi mujer que LaSoledad, la que todos los días veía en el banco del parque sentada, sola, triste, me había sonreído. Pasaron algunas semanas y me atreví a hablarle; ella se sintió alagada.
Una tarde de otoño la llevé a casa y se la presenté a mi mujer. Ella, celosa, harta de tanto escuchar hablar de LaSoledad, me dejó. Tardé mucho en asimilarlo, pero LaSoledad me acompañó en todo momento, siempre estaba ahí conmigo, dándome su apoyo.
Bien entrado el inverno, a la luz de una vela sobre la chimenea, pude ver en los ojos de LaSoledad un brillo que terminó de cautivarme. Me acerqué a ella y la abracé. Sentí como su calor invadía mi cuerpo… Teníamos que estar unidos para siempre.
Íbamos juntos a todas partes; se convirtió en mi compañera, mi amante, mi musa... Se la presenté a mi familia y amigos... incluso me atreví a llevarla al trabajo. Al igual que mi mujer, todos me dieron la espalda: mi familia no entendía cómo pude abandonar a mi mujer por ella; a mis amigos no le gustaba su compañía; del trabajo me echaron por pasar demasiado tiempo con ella.
Me quitaron todo lo que tenía, el coche, la casa, mis ahorros... todo, menos a LaSoledad.
Todo parecía irnos bien, hasta que un frío día de primavera amanecí escarchado sobre unos cartones bajo un puente... totalmente solo.


Podeis visitarlo también en:
http://lalibretadegarbancito.blogspot.com/2012/02/las-estaciones-de-lasoledad.html

Anónimo dijo...

Aunque nada tiene que ver con la soledad, me apetece compartir una cita con vosotros. Es de Neil Gaiman y dice así:
"Los cuentos son como ventanas diminutas que nos permiten asomarnos a otros mundos, a otras formas de pensamiento, a otros sueños. Son vehículos que nos transportan hasta los confines del universo y nos traen de vuelta a casa para cenar".