Hay personas que piensan que para hacer un cómic hay que ser un buen dibujante. Esto ayuda, pero no es imprescindible. Si no mirad este cómic (pinchad para ampliarlo) en el que se explica la diferencia entre las personas normales que no suelen hacer cómics y los científicos que siempre se están comiendo la cabeza y no sé si hacen cómics o no. Si queréis más ejemplos podéis acudir a la página donde lo encontré.
El ejercicio de hoy es atreverse a dibujar un pequeñó cómic y mandarlo a este correo: joseanperez84@hotmail.com Colgaré lo que me mandéis.
Las leyendas urbanas son relatos pertenecientes al folclore contemporáneo que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, se presentan como crónica de hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunos parten de hechos reales, pero éstos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca a boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una "moraleja".
Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de "urbanas", que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador presenta a los protagonistas de una leyenda urbana como conocidos o parientes de alguna persona cercana (por lo que se las conoce también como "historias de un amigo de un amigo").
Un chico visita con sus padres Nueva York. Mientras viajan en el autobús, el hijo entabla conversación con una joven. Como tienen que bajar, ella le invita a mantener un encuentro más pausado esa misma noche. Él accede de buen grado y quedan en verse a las ocho. Un tiempo después, aparece aturdido en una bañera llena de hielo de un hotel. No recuerda nada. Tanto es así que con mucha dificultad alcanza el teléfono y llama a sus padres. No sabe dónde está. Al otro lado del hilo, sus padres le dicen: «¿Qué ves por la ventana?». Y él comienza a dar pistas: «Hay un edificio con un cartel luminoso, una parada de taxis, etc.». Al final, lo encuentran y descubren que le han robado un riñón.
Una chica iba con su novio y decidió pararse en la calle Pelayo a comprarse unos sostenes. El novio le dijo que la esperaba en la calle, porque no estaba bien visto que un hombre entrara en un negocio de estas características. El pobre chico esperó y esperó y la chica no salía. Finalmente entró y no estaba. Al parecer, la secuestraron en el probador -que comunicaba con el edificio de La Vanguardia- y se la llevaron para trata de blancas. No se la vio más.
Muchos ciudadanos de Nueva York, al regresar de sus vacaciones en Florida, se traen a casa como recuerdo un pequeño caimán. Estos saurios de vivero chapotean con ternura en agua de grifo con sabor a cloro en el piso 54 de cualquier edificio. Pero sucede una cosa terrible: que el amor a los cocodrilos tampoco es eterno.
(Éste último texto aparece en Fiesta en Nueva York de Manuel Vicent)
El ejercicio de hoy consiste en inventar tu propia leyenda urbana y hacerla circular o en contarnos tu relación con estas historias que llegan un buen día y que tantas veces nos han hecho dudar cuando no morder el anzuelo hasta el sedal.
No me gustán las necrológicas y menos aún si pasa como pasó la semana pasada con Antonio Vega, pero es que se ha muerto Benedetti.
Sólo os voy a colgar un poema que forma parte de mí vida desde la primera vez que lo escuché. Entonces no sabía que lo había escrito Benedetti, pero no tardé en enterarme y después me leí todos los libros suyos que encontré. Reconozco que me marcó todo aquello que aprendí con él y que en cierta medida me ha ayudado a llegar hasta aquí. El poema es éste:
NO TE SALVES
No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo
pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo.
El ejercicio de hoy es escribir un poema que empiece diciendo "No te salves..." o escribir un recuerdo como el que acabo de escribir en el que aparezca Benedetti. Vuestras respuestas, como siempre, en los comentarios.
Este ejercicio se basa en este libro que me regaló mi amigo Benja porque él no lo iba a poder acarrear en su siguiente mudanza. Es un libro editado en el Reino Unido que recoge notas escritas en pisos compartidos como parte de la deficiente y áspera comunicación que existe entre los que cohabitan en ellos.
El prólogo del libro comienza así: "La mayoría de nosotros, en algún momento de nuestra vida compartiremos piso con alguien que no conocemos tanto como creemos -quizá de estudiantes, al irnos de casa por primera vez, o puede que al terminar una larga relación. Es un hecho de la vida moderna, casi un rito de paso. Si has compartido piso con desconocidos o con amigos reconocerás este patrón: personas que tú crees que son perfectamete normales puede resultar que están completamente perturbadas. Costumbres extrañas, idiosincrasias y obsesiones que empiezan a surgir, como etiquetar la comida o pasar todo por lejía. Y entonces las notas empiezan a aparecer."
El ejercicio es escribir notas a nuestros compañeros de piso, reales o imaginarios. Aquí os pongo algunos ejemplos: -Al que se coma mi queso, que sepa que lo chupo. Ja Ja -Alguien se ha comido mi pasta. Tengo hambre... -Tú sabes que yo sé que tú sabes que yo sé que tú lo cogiste... Así que devuélvemelo -Tu mamá no vive aquí. -¿Por qué está húmeda mi cama? -Gracias por prepararme café esta mañana. Estoy tan cansado que no puedo ni hablar. -Dejando fotocopias de la Biblia por toda la cocina y pegadas en el frigorífico no vas a cambiar mi forma de pensar. ¿Podrías dejar de hacerlo, porque ya te he dicho con anterioridad que estoy bastante feliz sin dios en mi vida?! -Me encanta quedarme aquí... Adóptame
Cyrano somos un grupo de amigos y conocidos (la mayoría nos hemos conocido por hacer esta actividad los últimos 12 años) que todos los Maratones nos reunimos para montar nuestro "Taller Cyrano". Nuestra pretensión es servir de instrumento a las personas que desean escribir un cuento o un poema y no quieren o no se atreven hacerlo ellas mismas. El proceso es sencillo: la persona se acerca nos cuenta a uno de nosotros qué quiere y cómo lo quiere. Cada "Cyrano" se encarga de un cliente y le hace las preguntas que le parecen oportunas para cumplir mejor con el encargo. El cliente contesta o cuenta lo que quiere y el Cyrano le prepara su texto. Cuando está terminado, si al cliente le gusta paga un Euro y se lo lleva. Si no le gusta, pues nada.
En otras ocasiones dentro de la carta del Cyrano se podía solicitar un soneto por el módico precio de 3€, abrazos por 1€ (sólo cobrábamos los de Javier que esos sí que son abrazos de oso) e incluso canciones hechas en el momento que el cliente se podía llevar a casa grabadas en una cassette (esto sólo lo sabe hacer Benja).
Si queréis ver alguna imagen de la edición de 2008 pinchad aquí
Este año, la organización del Maratón está preparando un libro de todo lo que es el Maratón y una página web y nos han pedido una antología de todos estos años y unos textos que expliquen o cuenten lo que es el Cyrano. Y éste es el ejercicio de hoy: escribir un texto de cualquier estilo en el que salga el Cyrano. Por supuesto que quien quiera puede empezar con aquello de "El Cyrano para mí es..." y de hecho sería bueno y bienvenido que contáseis vuestra experiencia cyránica sin inventar una historia que no tenga mucho que ver, pero el otro día se dieron varias ideas para empezar y os las copio:
"Receta de Cyrano para hacer un poema por encargo: se toma un cliente crudo..." "Hoy que recojo mi premio Nobel recuerdo aquellas tardes en el Maratón de los Cuentos de Guadalajara..." "Se acercó a la mesa de Cyrano y me pidió un poema para olvidar..."
Los que no conozcáis en persona el Cyrano, estáis invitados este año al Maratón y al Cyrano que abriremos la tarde-noche del 12 y 13 de Junio en Guadalajara, España. Y vosotros sí que tenéis licencia para inventaros el texto que queráis.
Buena suerte y nos vemos en la siguiente reunión del taller que será el sábado 16 en la Biblioteca de Guadalajara (Sala Descanso) a las 11 de la mañana. La última reunión del curso será el 13 de junio coincidiendo con el Maratón.
Os copio dos poemas de Mario Benedetti que tienen que ver con la alegría:
Piedritas en la ventana
De vez en cuando la alegría tira piedritas contra mi ventana quiere avisarme que está ahí esperando pero me siento calmo casi diría ecuánime voy a guardar la angustia en un escondite y luego a tenderme cara al techo que es una posición gallarda y cómoda para filtrar noticias y creerlas
quién sabe dónde quedan mis próximas huellas ni cuándo mi historia va a ser computada quién sabe qué consejos voy a inventar aún y qué atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio no tatuaré el recuerdo con olvidos mucho queda por decir y callar y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido que la alegría no tire más piedritas abriré la ventana abriré la ventana.
Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera defenderla del escándalo y la rutina de la miseria y los miserables de las ausencias transitorias y las definitivas defender la alegría como un principio defenderla del pasmo y las pesadillas de los neutrales y de los neutrones de las dulces infamias y los graves diagnósticos defender la alegría como una bandera defenderla del rayo y la melancolía de los ingenuos y de los canallas de la retórica y los paros cardiacos de las endemias y las academias defender la alegría como un destino defenderla del fuego y de los bomberos de los suicidas y los homicidas de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres defender la alegría como una certeza defenderla del óxido y la roña de la famosa pátina del tiempo del relente y del oportunismo de los proxenetas de la risa defender la alegría como un derecho defenderla de dios y del invierno de las mayúsculas y de la muerte de los apellidos y las lástimas del azar y también de la alegría
Y el ejercicio de hoy consiste en escribir sobre la alegría, la que disfrutáis, la que no encontráis, la que añoráis, la que espera a la vuelta de la esquina.