martes, 21 de marzo de 2017

#CompartePoesia en el #DíaMundialDeLaPoesia . Hablemos por ejemplo de Gloria Fuertes


Iba yo por la plaza de Colón a las nueve y pico esta mañana camino de la exposición de Gloria Fuertes, cuando me ha dado por pensar que era muy pronto. Y al llegar me he dado cuenta de que realmente lo era. No abre hasta las 10, pero como me ha dicho el vigilante, luego está abierta todo el día, hasta las 21. El caso es que me me he puesto a hacer otras cosas y todavía no he llegado. Justo cuando me alejaba de allí, Gracia me ha enviado este poema y una convocatoria etiquetada como #CompartePoesía:


Guadalajara es hoy precisamente una fiesta de la poesía como podéis ver en este artículo y en el programa completo que hay en el enlace.

Pero volvamos a Gloria. En el folleto de la exposición aparece una foto que me ha recordado a una foto de mi abuela:


Y aunque en su foto mi abuela no sonreía tanto, me ha dado por pensar en que las dos eran de la misma generación. Una de mis abuelas nació en 1917, como Gloria, aunque la foto que digo es la de mi otra abuela, que era de 1920. O sea, que Gloria podía haber sido mi abuela. Y si a mi abuela le hubiera dado por escribir poesía podría haber escrito cosas como esta:



Al borde
Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.

He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.


De todos modos, aunque mi abuela no sonriera tanto como Gloria en su foto, para mí sí que sonreía. Y además, ¿dónde está escrito que uno no pueda tener más de dos abuelas y elegir alguna de ellas?

¡Feliz día mundial de la poesía!

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hermoso articulo.
No conozco a gloria fuentes pero los fragmentos de este me llegaron y definitivamente ahora voy a conocerla. justo estaba sintiendo que no se daba la sensación y momentos para escribir. no podía enfocarme y dando una vuelta por su página ya me vibran los ojos y el alma como siempre. La encontré por casualidad un día, y me alegra. bello club.

Maria José dijo...

Mi padre nació en 1931. No tuvo foto de escuela.
Mi madre nació en la misma década. Tuvo foto. Tuvo escuela.
En un sólo año aprendió a mal leer y a escribir con largos trazos afectados.
Años afectados eran para los dos. Duros años para tener infancia.
Antes de los siete años, mi padre ya sabía lo que era la vergüenza de pedir pan a los vecinos.
Y la pena de llevar las manos vacías y el estómago revuelto.
Antes de los diez años, mi madre ya era madre de los hijos de otras madres, que pagaban con un plato de comida (plato y boca que se ahorraba mi abuela).

Y salir a segar.
Y salir a servir.
Y salir a emigrar.
Y agachar la cerviz.

Él se convirtió en un alto galán propio de telenovela. Ella era la más guapa de todas sus hermanas.

Morena de blanca luna
y cutis aceitunado.
Ella nunca leyó a Lorca
ni supo de sus gitanos,
pero tenía el pelo negro
y los ojos azulados.

Nuestros padres y abuelos fueron niños y fueron hermosos jóvenes.
Nuestros padres y abuelos pasaron hambre. Lloraron a escondidas.
Envidiaron sin saber que eso no era envidia. Era justicia.
Y hoy, como si el tiempo fuera un papel que se pliega y junta sus extremos,
vuelven a sentirse solos, niños desamparados, y dicen no querer recordar.
Pero recuerdan, lloran… y callan.

(Otro día hablaré de mi abuela materna, la ciega, y de mi abuela paterna, la sorda).





Mª José Olivares

Anónimo dijo...

Pero aún así, con una vida de penurias,sólo con ver que sus hijos y posteriores nietos,llevaban mejor vida que ellos, eran mucho más felices que nosotros. Y un beso o un abrazo eran el mejor pago que podían recibir.Además del respeto que en aquel entonces daba la edad. Ahora vivimos en un mundo justo de valores, donde cualquier contratiempo por pequeño que sea,nos hace venirnos abajo y sentirnos tremendamente infelices.