jueves, 26 de noviembre de 2015

100 metamorfosis y más


Hoy en El País publican unas ilustraciones de la nueva traducción de La metamorfosis para conmemorar los 100 años de la obra. César Aira es el autor y ha elegido como título el habitual, La metamorfosis. La otra opción es "La transformación", aunque la difusión de ésta ha sido menor. Jordi Jovet es el padrino de esta última opción en España y podéis ver sus argumentos en el anterior enlace. Jovet resume el argumento de la obra con esta sencillez: 

Porque ese monstruo es humano: es el hijo de una familia burguesa convertido en coleóptero para señalar la distancia abismal que lo separa del resto de su familia. Es, en suma, un escritor de carne y hueso condenado a desaparecer a causa del contexto burocrático y comercial que lo rodea.

O sea, que Kafka, si quería haberlo dicho más claro, podía haber comenzado el libro así:

#1
Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se encontró en la cama transformado en un insecto monstruoso. Fue como descubrir por fin y de un golpe que no debemos hacernos ilusiones, que sólo hay dos posibilidades, abrir los ojos o no abrirlos. El que los abre se convierte en un coleóptero, en un ser extraño para los demás, que ya no puede vivir como antes, que poco a poco se aleja de su familia, de su barrio, de su ciudad y un día se despierta perteneciendo una especie distinta.

También podría haber empezado así:

#2
Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, tras muchas décadas, Franz Kafka se despertó y Max Brod todavía no había quemado sus manuscritos.

Y nada, el juego de hoy es empezarla de nuevo una y cien veces. Animaos:

#3
Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa...


4 comentarios:

Toño dijo...

#3
Cuando Gregorio Samsa despertó le dolía muchísimo la cabeza. No tenía que haber mezclado, se dijo, engañándose, como siempre.

Toño dijo...

#4
Cuando Gregorio Samsa conoció a Franz Kafka le contó un sueño muy raro que había tenido.

Anónimo dijo...

#5 metamorfosis
Una mañana, al despertar de un sueño intranquilo, Gregorio Samsa notó algo raro. Su madre estaba lagueada, las texturas de la pared eran demasiado regulares. En breve estuvo seguro de estar soñado. Cerró los ojos con fuerza para volver a dormirse, pero no funcionó. Pasaban horas o algo que parecían horas y al final, desesperado, saltó por la ventana, pero antes de caer al suelo se le extendieron las alas y voló y ya nunca despertó. Fin.

Anónimo dijo...

Una mañana Gregorio Sansa se despertó y se dio cuenta que las glándulas mamarias le habían crecido, intentó rascarse los huevos como de costumbre cuando se despertaba y se encontró con una raja. Sin duda la mujer que llevaba dentro, había salido del capullo de Gregorio Sansa.