miércoles, 29 de julio de 2015

A veces la noche



A veces la noche se esparce como un manto que te abraza con su densa oscuridad, te inmoviliza, te paraliza, hasta congelarte en negro.
A veces la noche cae como un mazo, como ese día de noviembre de 1916 en que Emile Verhaeren resbaló al bajar del tren y fue atropellado por otro tren que pasaba.
A veces la noche permanece infinita. Infinita hasta que llega el sol otra vez, implacable.


Tinieblas.
Ténèbres, Emile Verhaeren (1855-1916)

La Luna, con su atento y glacial Ojo,
observa al crudo invierno entronizado,
vasto y pálido sobre la tierra yerma;
La Noche se agita en traslúcidos azules;
El Viento, con súbita presencia, nos apuñala.

A lo lejos, sobre el horizonte, danzan
los ondulantes senderos del hielo;
se los ve a la distancia, perforando el llano,
Y las Estrellas de Oro, suspendidas en el éter,
siempre más alto en la Oscuridad,
desgarran cruelmente el azul del cielo.

Los campesinos tiemblan en las planicies de Flandes,
cerca de los brezos, de los antiguos ríos,
y de los grandes Bosques;
entre dos lívidos infinitos, estremeciéndose de frío,
agrupándose junto a las viejas chimeneas,
removiendo las cansadas cenizas.



Escribe si te apetece algo que tenga que ver con la noche, las tinieblas, la oscuridad, la luz, lo que quieras.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La noche es cambiante, a veces es como si no existiera. En vigilia es variable, puede ser larga, pesada y aburrida; llena de pesadillas. Pero hay veces que la noche se trasforma en luz, nos muestra caminos nuevos, nos presenta ideas que no habíamos caído, nos aclara, nos anima, nos abre nuevos enfoques. Me creeréis si os digo que las noches embrujadas de creatividad existen, y seguramente han hecho más por el despertar del ser humano pensante y creativo que muchos días claros y soleados.
jemart

BRAGAOMEANO dijo...

Las noches a veces nos confunden como dijo el celebre gigolo cubano.
Para mi la noche fue y es, trabajo, sudor y harina. Solo me cambia alguna noche de fiesta el cubalibre me hace ver la noche de otra manera. Y sobre todo, por la noche y con tres copas, cualquier gachí es guapa.
Gracias a mi trabajo, jamás he tenido largas noches de insomnio. Alguna he tenido de ardor sexual, despertarse y follar, dormir, volver a despertarse y otra vez a follar, así hasta el amanecer, donde tanto ejercicio da apetito y hay que desayunar.
Y sino escuchar la canción de Raphael, La noche....,