viernes, 7 de marzo de 2014

Volar con Cyrano



Cuando a Cyrano le ofrecen doblegarse para hacer fortuna, rechaza la oferta y le explica después a un amigo:


Pues bien, ese es mi vicio.
Me gusta provocar, adoro ese suplicio…

(El amigo contesta:)

Si pudieras dejar esa costumbre aciaga,
la fortuna y la gloria…

(Y Cyrano le interrumpe:)

¿Y qué quieres que haga?
¿Buscarme un protector? ¿Un amo tal vez?
Y como hiedra oscura que sube la pared,
medrando sibilina y con adulación.
¿Cambiar de camisa para obtener posición?
¡No, gracias!

¿Dedicar, si viene al caso, versos a los banqueros?
¿Convertirme en payaso?
¿Adular con vileza los cuernos de un cabestro
por temor a que me lance un gesto siniestro?
¡No, gracias!

¿Desayunar cada día un sapo?
¿Tener el vientre panzón?
¿Un papo que me llegue a las rodillas
con dolencias pestilentes de tanto hacer reverencias?
¡No, gracias!

¿Adular el talento de los camelos?
¿Vivir atemorizado por infames libelos
y repetir sin tregua: Señores, soy un loro,
quiero ver mi nombre escrito en letras de oro!?
¡No, gracias!

¿Sentir terror a los anatemas?
¿Preferir las calumnias a los poemas?
¿Coleccionar medallas? ¿Urdir falacias?
¡No, gracias!
¡No, gracias!
¡No, gracias!…

Pero cantar… soñar… reír… vivir… estar solo…
ser libre, tener el ojo avizor, la voz que vibre,
ponerme por sombrero el universo,
por un sí o por un no,
batirme, o hacer un verso…
Despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación ¡a la luna!.
Sólo al que vale reconocer los méritos,
no pagar jamás por favores pretéritos.
Renunciar para siempre a cadenas y protocolos.
Posiblemente no volar muy alto, pero solo.


No doblegarse y a cambio volar, aunque no sea muy alto, es una aspiración loable. Cyrano lo tiene claro, si no vives libre, la vida no merece la pena. Pero, ¿Cómo vivir? Hay tantas formas de vida y realmente hemos explorado tan pocas...
Si os soy sincero, no sé cómo quiero vivir, pero estoy dispuesto a probar, a jugar y a encontrar una forma o dos o tres en las que me sienta bien.
Desde luego, seguir igual sin querer seguir así, ¡No, Gracias!

¿Qué decís vosotros?

1 comentario:

BRAGAOMEANO dijo...

La libertad verdadera, solo la conocen las tribus nómadas y los gitanos. Para ser libre hay que ser soltero o viudo, quizás huérfano, no tener ninguna carga sentimental de ningún tipo, ser un soñador, quizás un loco, no tener miedo a nada, ni a nadie, caminar ligero de equipaje. Soñar solo con este mundo y pensar que la vida es corta, que cada minuto que pasa y estas parado, es como si se desangrara un poco a poco.
Pero ya ya fue todo eso, fui libre, soñé, luche y ahora me apetece estar alienado, esclavo del poder y de los bancos. De mi matrimonio, mis hijos, padres, hermanos y demás familia. Ahora solo soy libre, cuando en la habitación pequeña,pongo la tele y veo a mi Atleti, mientras espero la resurrección de los muerto y la vida eterna, amen.