Cuando muere un poeta que me gusta me da rabia. Anda que no se podía morir otra gente, me digo.
En esto no soy nada original, lo sé.
Wislawa Szymborska ha llegado a los 88 y se ha apagado.
Aquí tenéis una entrevista, un artículo, unos poemas...
Yo me quedo con esta frase suya: "¿Que si el premio (Nobel) me cambió la vida? Y tanto. Para bien y para mal. Para bien, porque multiplicó el número de cartas que me envían, de paquetes con libros, de invitaciones, de propuestas y de preguntas a las que hay que responder en las entrevistas...Para mal, porque multiplicó el número de cartas que me envían, de paquetes con libros, de invitaciones, de propuestas y de preguntas a las que hay que responder en las entrevistas. A las invitaciones para viajar a otros países siempre respondo lo mismo: cuando sea más joven."
Su ironía ya sólo queda en los textos y en los recuerdos, como en este poema titulado Ausencia:
Ausencia
Faltó poco
y mi madre podría haberse casado
con el señor Zbigniew B. de Zdunska Wola.
Y si hubieran tenido una hija, no habría sido yo.
Quizá habría tenido mejor memoria para los nombres y las caras,
y para las melodías oídas una sola vez.
Habría reconocido sin problemas qué pájaro era cuál.
Habría tenido unas notas fantásticas de física y de química,
peores de lengua,
pero habría escrito a escondidas poemas
de entrada mucho más interesantes que los míos.
Faltó poco
y mi padre podría haberse casado en ese mismo momento
con la señorita Jadwiga R. de Zapokane.
Y si hubieran tenido una hija, no habría sido yo.
Quizá habría sido más terca en lo de salirse con la suya.
Y se habría lanzado sin temor a aguas profundas.
Capaz de abandonarse a emociones gregarias.
Vista permanentemente en varios lugares al mismo tiempo,
pero rara vez entre libros, más a menudo en la calle
jugando a la pelota con los chicos.
Quizá incluso se hubieran encontrado ambas
en la misma escuela, en la misma clase.
Pero no habrían sido amigas,
no habrían tenido ningún parentesco,
y en las fotos de grupo estarían lejos una de otra.
Niñas, poneos ahí
-habría dicho el fotógrafo-.
Las más bajas delante, las más altas detrás.
Y sonreíd cuando os dé la señal.
Pero contad antes
si estáis todas.
-Sí señor, estamos todas.
¿Se os ocurre algo titulado Ausencia o algo que empiece por "Faltó poco..."? ¿O quizá se os ocurre algo acerca de Wislawa, o de Szymborska?
(Por cierto, la ilustración es de este interesante blog de Vicente Almazán)
3 comentarios:
FALTÓ POCO PARA PREFERIR LA AUSENCIA
Prefiero el agua al barro,
faltó poco para que me gustara.
Prefiero el escondite al ajedrez,
faltó poco para que te ganara.
Prefiero las luces encendidas a las tinieblas,
faltó poco para que las apagara.
Prefiero recordar a imaginar,
faltó poco para que te olvidara.
Prefiero tu compañía a mi ausencia,
faltó poco para que me marchara.
Faltó poco,
pero lo prefiero a que falte mucho.
Mª José Olivares.
Ausencia, quién te disfrutara.
Porque implica presencia
y estoy deseando que llegue
ésta, tan deseada.
De momento me conformo
con la ausencia de la presencia.
AUSENCIA DE
hay quien se inyecta fotografías en la ausencia
y espejismos en la realidad
así va pasando el día lentamente sin pausa
con los sueños a buen recaudo
porque no hay en el mundo nadie más listo
ni mejor informado
hay quien gusta del conflicto
porque aún en su miseria
siempre hay algo de victoria en arrastrar al fango
al prójimo
y se obceca en la hipótesis de que todos somos iguales
para mayor gloria de consuelo de tontos
pero los habemos más tontos si cabe
que no queremos que se nos moleste
a no ser que nos vaya la vida en ello
porque lo que su diccionario de sinónimos no sabe
es que esa leve sensación de vacío
ese deja vù permanente que le ocasiona a usted
un ligero malestar, una cierta nostalgia del blanco y negro
ese impulso de imponer su mundo como dios manda
para mí es simplemente ausencia de hombre
(o mujer) propios
así que pase usted un buen día
y salude al ministro de justicia de mi parte
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