¿A que es bonita la calabaza que ha hecho Pablo?
Os voy a contar la historia de cómo la compramos. Bueno, eso tiene poca historia, porque al final fuimos al LIDL donde estaban a 2,49€, pero antes la buscamos Javier y yo en una frutería china que hay un poco antes de llegar a la Estación de Autobuses. La verdad es que esta frutería tiene todo muy barato y compramos melocotones, uvas, un melón, ciruelas claudias otras cosas y también un kilo de aguacates por un euro, pero como no veíamos las calabazas le pregunté al chino (supongo que sería más políticamente correcto y más humilde por mi parte decir asiático) que nos señaló unas calabazas alargadas. No, ésas no, las de Halloween, le dije yo, y el repitió algo así como "jalogüi" como si comprendiera y me señaló a las calabazas de cabello de ángel. No, le dije y le expliqué lo que es cabello de ángel y creo que lo entendió, así que, entre tanto, otro cliente le explicó lo de la calabaza de Halloween y era gracioso, porque era un señor del barrio de unos setenta años que debe estar tan flipado con el rollo Halloween como el asiático, con la diferencia que el asiático no tenía más de 35. Al final nos tocó el turno, pagué y cuando me iba, el tendero me preguntó: ¿Cómo se llama la calabaza, calabaza sajaragüi?Pues eso, que si queréis podéis contar vuestras historias de Halloween en los comentarios y nos vemos el martes en la Biblioteca de Guadalajara a las 7 de la tarde los que podáis y os apetezca.
4 comentarios:
PESADILLA
Me desperté en mitad de la noche sobresaltado y taquicárdico. Cuando intentaba recordar la terrible pesadilla que había humedecido mi almohada y mis sábanas un punzante dolor de cabeza me obligaba a desistir. Me giré para comprobar si había despertado a mi esposa o seguía durmiendo. Cuando corrí la sábana allí se encontraba acostado él, Sánchez-Dragó.
Me disfrace del conde Dracula y
después de ir a una fiesta y chuparme 10 cubatas, me convertí
en un zombíe, que caminaba de lado a lado raspando la paredes de la calle principal de mi pueblo, hasta que llegué a mi casa. Como
David, a la mañana siguiente me levante con un gran dolor de cabeza
y la boca como un estropajo. A que vampiro se le ocurre beber güisqui, en lugar de sangre de tia buena.
P.d: David, ¿ Entonces te disfrazastes de Gheisa y le dijestes al insigne escritor que tenías trece años ?
Aún estoy traumatizado por el más cruel de los sueños, el que tuve con María Antonia Iglesias. Quien de vosotros la haya visto y oído comprenderá los sudores fríos que aún siento al recordarlo.
Indefenso y en sus manos, mientras Enric Sopena hacía de voayeur, y recitaba lo que yo percibía como un programa político muy del gusto de ellos dos.
Sin entrar en detalles, os diré que una sola de sus imágenes curaría al instante la más enconada salacidad.
Oh, cruel sueño, aléjate de mí y de mis noches para siempre, y vete con otro!
Por favor.
Prometo no volver a fornicar.
Lo he pensado mejor y cambio lo de no fornicar por no ver nunca más los rigurosísimos debates de la televisión del señor Berlusconi. Porque, seamos realistas, la otra promesa la he incumplido ya. Y esta noche reincidiré en ello.
Todo sea por no vivir de nuevo tan horrible e inacabable sueño.
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