lunes, 13 de julio de 2009

Reseñas literarias

Hace unos años la FNAC y Le Monde hicieron una encuesta a seis mil franceses que escogieron los 50 libros del siglo XX (según ellos). Beigbeder tomó la lista y la fue repasando de pe a pa, para mi gusto con bastante gracia. Aquí os copio un fragmento del último cápitulo, dedicado a la obra más votada:

EL EXTRANJERO
de Albert Camus

El número 1 de esta clasificación de 50 libros del siglo, elegido por los votos de 6.000 franceses, no soy yo, pero me importa un bledo, ni siquiera me siento ofendido, ya formaré parte del Primer inventario del siglo XXI, ¿verdad? ¿Ah, no? ¿Tampoco?
Hay que subrayar que nuestro gran triunfador tranquilizará a los vagos; una novela muy corta (124 páginas, letra grande). No es necesario deslomarse, pues; se puede escribir una obra maestra sin tener que emborronar miles de páginas como Proust. Obra maestra que podemos leer en media hora de cronómetro. Otra buena noticia: el número 1 de nuestra lista es una primera novela. Se trata, por consiguiente de una primera primera novela. Y, por último, malas noticias para los xenófobos: la novela preferida de los franceses se llama El extranjero.
Cuenta la historia de Mersault, un individuo desplazado al que todo le resbala: su madre muere- le resbala; mata a un árabe en una playa argelina -le da lo mismo-; es condenado a muerte -ni siquiera se defiende-. Las famosas primeras frases del libro ya lo dicen todo: "Hoy, mamá ha muerto. O tal vez ayer, no sé" ¡El tío ni siquiera sabe el día que murió su madre! Hay algo de lo que nunca nos damos cuenta: todos lo grandes perdedores, los asesinos perdidos, los antihéroes que están de vuelta de todo de la literatura contemporánea son herederos de Mersault. Son Sísifos felices, rebeldes que no se dejan engañar fácilmente, nihilistas optimistas, inocentes hastiados: en resumen, paradojas ambulantes que siguen respirando pese a la inutilidad de todo.
Y es que, para Albert Camus (1913-1960), la vida es absurda. ¿Por qué todo esto? ¿Para qué? ¿Por qué esta crónica inútil? ¿No tenéis nada mejor que hacer que leer este libro? Todo es vanidad en este bajo mundo (Camus es el Eclesiastés según un pied-noir). Esta taciturna lucidez no le impidió a Camus aceptar el Premio Nobel de Literatura en 1957 (a los cuarenta y cuatro años, lo que le convertía en el laureado más joven después de Kipling). ¿Por qué? Porque resumió su existencialismo en un lema muy sencillo: "Cuanto menos sentido tiene la vida, más vale la pena vivirla."
...

El ejercicio de hoy
consiste en hacer una reseña acerca de un libro que nos recomendéis o que no nos recomendéis para este verano.

14 comentarios:

Jesús Rocha dijo...

Hace tiempo que andaba buscando un viejo texto, lo había titulado “De niñas, niños, toros y trenes”, se había traspapelado. Hoy lo he encontrado, y después de releerlo, pienso que es muy posible que esta tardía afición a escribir que últimamente tengo, haya nacido a partir de redactar el mencionado texto.
En el ser humano existe la necesidad de contar hechos que nos afectan, para que los demás participen en nuestros sentimientos, también cuando queremos que algo cambie, de alertar de un hecho para que no se repita. También se puede emplear la escritura como arma, como herramienta de denuncia, como deseo de tener justicia… y querer cambiar con las palabras; los errores que se cometen. Transcribo el texto, que en su día, traté de que fuera publicado en algún medio local, con poco éxito:

Jesús Rocha dijo...

El sábado ocho de febrero de 1992, a las cinco de la tarde, en un espléndido día soleado, de esos pocos que nos brinda el invierno, seis niños de Fontanar, la localidad en donde vivo, mis dos hijas y yo; decidimos ir de excursión en bicicleta, desde el pueblo, hasta la ermita de Yunquera de Henares, por el camino que sale junto al cementerio. Así, cruzamos la vía férrea Madrid-Barcelona y cogimos la carretera sin tráfico, sólo de uso agropecuario, que existe desde cerca del desvío de Tórtola y que se pierde cerca de la ermita de Yunquera.
Íbamos felices, cantando, contemplando el hermoso paisaje de la vega del Henares, atravesando campos marrones oscuros, de tierra recién labrada; mirando las alturas de los acantilados de la rivera derecha del Henares, donde comienza la Alcarria.
De pronto, un niño avisó: ¡Que viene un toro! Nos quedamos atónitos, por mitad de la carretera, teniendo como fondo una caravana de coches que hacían sonar sus bocinas, venía un toro, gigante, negro; parecido a los de toros planos que descubríamos en los viajes en familia, cuando circulábamos por las carreteras nacionales.
¡Pero este se movía! Se movía hacia nosotros, y no estábamos dentro de un coche que nos protegiera, ni teníamos dónde refugiarnos ni a dónde huir. Grité a los niños que regresaran. Reaccionaron lentamente, sin creerse lo que veían. La más pequeña de mis hijas, la de cinco años, venía conmigo detrás, en la sillita sobre el trasportín, la cogí en brazos, tiré la bicicleta y comencé a retroceder corriendo. El toro nos vio, aceleró el paso, comenzó a galopar hacia nosotros que, impotentes, veíamos como iba creciendo hasta sentirlo encima. No sé por qué corrí hacia la izquierda, el toro detrás, caí con la niña en brazos en la cuneta lateral de la carretera. Creo que el desnivel me ayudo, sus pitones pasaron a unos veinte centímetros de mi costado. Todo ocurrió en un segundo, aunque recuerdo las imágenes como interminables.

jesús Rocha dijo...

Después el animal regresó a la carretera, siguiendo hacia Fontanar. Uno de los coches que venía detrás, en procesión, azuzando, paró, subí a mi hija pequeña y rogué al conductor que llevara a la niña a mi casa, que ella se lo indicaría. Después corrí detrás de la res, que seguía persiguiendo a los demás niños, los pobres pedaleaban asustados como locos hacia Fontanar, por el mismo camino que habíamos venido. La caravana de coches irracionalmente seguía tras el astado, y el animal se veía obligado a continuar en la misma dirección, detrás de los niños. Vi como mi hija mayor, de siete años, iba quedándose atrás del grupo de chavales, era la que llevaba la bici más pequeña y tenía puesto un chándal rojo. Al llegar al cruce con la vía del tren, la niña cayó de la bicicleta al trabársele la rueda entre las vigas de madera y los rieles (este cruce no tiene ni barreras ni señalizaciones). Desde donde estaba, a unos trecientos metros, vi como se acercaba un Talgo, momentos después arrastraba una nube de polvo y se detenía a unos trecientos metros pasado el cruce. Corrí hacia la vía. Un muchacho de unos dieciocho años, que también perseguía al toro con su moto, vino hacia mí, se paró y me dijo precipitadamente que el tren había arrollado al toro y a una niña de rojo. Corrí, la cabeza me daba vueltas. Un instante después, un conductor de un coche que iba en cabeza me dijo que a la niña no le había pasado nada, que me tranquilizara. Sólo recuerdo que la niña bajó del vehículo y se arrojó sobre mis brazos, angustiada y nerviosa como nunca la había visto. Después se acercó otro muchacho en moto y me contó que el animal se había quedado atrapado en los rieles y que había sido él el que había sacado a la niña de la vía en el último instante. Me trajeron los restos de la bicicleta que había sido arrollada por el tren. Con mi hija en brazos me fui a casa.
Luego nos enteramos que el toro, había sido una vaca brava de un grupo escapado por la zona. De una nueva ganadería que había adquirido reses bravas y que al descargarlas, se les escapó.
Más tarde me contaron que el muchacho de la moto que saco de la vía a mi hija había contado a sus padres que no había visto venir al tren, que quizás, si lo hubiera visto, no sabría si su hubiera atrevido a sacar a la niña de la vía.
Cuento todo esto para denunciar lo que ocurre todavía en nuestra provincia y en nuestro país. Nadie se responsabilizará de lo ocurrido, y todos los papeles estarán en regla. Mientras tanto seguiremos pendientes de los grandes acontecimientos del año 1992.
Jesús María Rocha Torres
(Guadalajara)

Jesús Rocha dijo...

A fecha de hoy, han pasado diecisiete años, todavía no he podido olvidar el susto. El cruce entre el camino y la vía sigue sin barreras, auque han instalado un semáforo. Las ganaderas están en auge por la zona del Henares. Las denuncias fueron sobreseídas, nadie se responsabilizó de nada, ni siquiera pagaron la bicicleta. Han cambado muchas cosas, mis hijos ya son adultos. La tecnología no ha dejado de sorprendernos y evolucionar; se empieza a reconocer a la bici como vehículo útil para transportarnos en las ciudades; pero los instintos, las costumbres y aficiones de los seres humanos, cuando nos sentimos masa, sigue casi iguales. Pongo como ejemplo la maratoniana corrida celebrada en Barcelona con gran aforo de público, para revindicar la llamada “fiestas nacional” en Cataluña. Y vemos que la legislación que regula estos actos taurinos, no ha cambiado nada. Creo que en lo más profundo de nuestro cerebro, debemos tener cincelados instintos agresivos primarios de supervivencia animal, muy difíciles de modificar, de muy lento avance en su adaptación. Estos reflejos pendencieros nos siguen condicionando, mermando nuestra evolución, a pesar de nuestra inteligencia.

David Ruiz dijo...

Maldita sea la hora en la que entonando el "todo el que escribe merece la oportunidad de ser leído" me acerqué a este libro. Cartas a un joven español de José María Aznar. Y es que, después de ocho años de gobierno de este señor, me está bien empleado por ingenuo. Me engañó el título, dije ¿joven y español? aquí estoy yo, pero este libro tiene un público muy definido, otros jóvenes y otros españoles.

Si el señor Aznar pretende que nos traguemos esa sobrevaloración que desde hace varios años mete la gente de su partido en cuanto ve un hueco, de que ha sido "el mejor presidente de la historia de España" debería dejar de escribir este tipo de libros ya que son la prueba documental de que esto no es así.

El libro en sí está salpicado de múltiples contradicciones e incoherencias. A este otro joven español le gustaría preguntarle al señor Aznar ¿cómo es posible defender a capa y espada un nacionalismo español y a la vez demonizar los nacionalismos autonómicos? que son el mismo soniquete pero a un nivel mas local ¿cómo es posible opinar que las manifestaciones a favor de Miguel Ángel Blanco son un resurgir de la nación española y sin embargo la misma gente clamando contra la guerra de Iraq eran ataques contra "mi" partido? ¿con qué cara se atreve a hablar de las responsabilidades de mayo del 68, o de nadie, el dirigente del partido que no conoce la palabra arrepentimiento?

En definitiva este libro es, aunque esté disfrazado de diálogo, un soliloquio del señor Aznar en el que se pasea por sus mundos de fantasía, que por momentos son graciosos y por momentos dan escalofríos, y que se acaban resumiendo en un bodrio insoportable muy poco aconsejable para ninguna mente analítica y objetiva. Es decir un libro recomendable a gente ya convertida al aznarismo o a fanáticos del cine porno (en la vida veréis mayor número de pajas en ojos ajenos). Seguramente lo tengáis que buscar en la sección de ciencia-ficción de las librerías, y es que ¿qué joven español con dudas acudiría a Aznar para que éste le ilumine con su sabiduría? Yo sé de uno que no.

UNA CERVEZA dijo...

Teniendo en cuenta que para muchos el verano no es época de pensar mucho ni de hacer nada seguido mucho tiempo debido al calor, mi recomendación va para esa gente sobre todo.
"Más respeto que soy tu madre" es una historia que ha salido de un blog y que narra las desternillantes historias, contadas por la madre, de una familia un tanto peculiar, compuesta por un abuelo porrero y salido, un marido de los de antes, un hijo que es gay ahora sí ahora no, una hija un tanto salida y otro hijo que intenta encontrar su lugar en el mundo pero que no es más que un gilipollas.
Sin embargo por muy peculiar que parezca la familia, lo que narra puede suceder en cualquier familia, o tal vez no. Y es que en el fondo no dejan de ser una familia actual, de nuestro tiempo, con sus cosas buenas o malas, vamos, como todo el mundo las tenemos.
Cada entrada del blog es un capítulo, por lo tanto tan sólo hace falta dedicar cinco minutos para leerte uno, mientras que la carcajada está asegurada.
Sin embargo no recomiendo la lectura en una tarde porque es mejor degustarla en pequeñas dosis para no llegar al empacho.
Hace unos meses (bastantes meses) me lo leí y la verdad es que disfruté con su lectura. Un lenguaje bastante fluido que hace que se lea en nada. Además, cuando se llega al final, quieres más, porque las batallitas de esta familia llegan al lector.
Muy recomendable.

BRAGAOMEANO dijo...

David,tio, eres un masoca.
Para ciencia ficción, yo creo que os debeis de leer los programas del psoe. Yo recuerdo dos promesas, una de Felipe Gonzalez : vamos a crear 800.000 mil puestos de trabajo y creo 3.000.000 de parados.
Pero la mejor es la última de Zapatero, está eslogan del partido en la campaña electoral : Por el pleno empleo. Y ya va por 4.000.000
de parados.
Aunque bien es sabido que los españoles lo que no queremos es trabajar, preferimos que nos paguen una pensión, el auxilio social o alguna ayuda. Para estar no solo los Lunes al sol.
Y en el aspecto taurino, este partido también lo tiene claro, en
Cataluña lo que diga Carod, en la comunidad en que vivimos y Andalucia, toros todos los días en televisión.
Aunque yo en lugar de prohibir, te aconsejarian Jesús Rocha, el vive y deja vivir. Y deja que cada uno disfrute de sus aficiones.
No hace mucho tiempo, en los pueblos existían las dehesas, donde pastaba el ganado tanto bravo, como manso y a nadie se le ocurría, si no era el ganadero meterse en los pastos.
Hace no tantos años existía y era usada las cañadas reales, sitios por el cual pasaba el ganado. Ahora existen construcciones, gente con moto, otros que van en bici, otros en todo terreno, otros cogen su terreno y se hacen un huerto. Mientras tanto a los animales los estabulan para que engorden antes. Menos el toro bravo, que vive tranquilo en las amplias dehesas de alcornoque y encinas hasta que lo lidian en la plaza de toros. Ayudando a mantener el ecosistema.

David Ruiz dijo...

Amigo Bragao, hay que leer de todo y a todos, que si no luego pasa como con la anónima que escribe a veces en este blog, que tiene una obsesión con los progres que la lleva a hacer demagogia y a pegarle unas patadas a los libros de historia que dan vergüenza ajena.

Otro día hablamos de lo fácil que es hacer política económica con los Fondos de Cohesión Europeos en el bolsillo y privatizando hasta el agua de los floreros (que en el caso de Guadalajara va a ser literal en breve). Y de como la reforma de la Ley del Suelo del año 1998 originó la burbuja inmobiliaria, dio lugar a los ayuntamientos corruptos y creo el pelotazo de la construcción, y cuyo derrumbe es la parte de la crisis que a nosotros nos toca. O hablamos del timo del tocomocho que los bancos de EEUU (ese gran país) le han colado al resto de bancos del mundo y que ahora estamos pagando todos. A no ser que lo de los cuatro millones de parados no tenga nada que ver con la situación económica del país y realmente estén en paro porque no quieren trabajar los muy cabrones. Otro día hablamos del gobierno.

Jesús Rocha dijo...

En lo que me toca, querida Bragaomeano, lo de vivir y dejar vivir, está muy bien como frase hecha. Las aficiones también esta muy bien respetarlas, mientras esas aficiones a atentes a los demás. Hace no mucho tiempo en este país, se quemaba y maltrataba por afición a los diferentes. Y las aficiones deberían evolucionar, ¿o no? Lo que conté fue real, y yo no digo prohibir, pero si regular, y no dejar que cada uno haga lo que se le antoje, sin medir sus consecuencias, como los incendios provocados o por negligencia. Creo que no es de recibo las salvajadas que se hace en muchos pueblos de este país con los animales, en aras de la tradición y la afición.

Esther dijo...

Bueno, chicos, me voy de vacaciones... A ver qué escribís en mi ausencia! Lo que es seguro es que escribiréis, y mucho. Like desocupados. ¡Hay que trabajar más, cojones! Hay que levantar el país!... aunque para eso ya está Zapa, no?
Al que está obsesionado con los anónimos: tú podrías buscarte un buen pseudónimo, y sustituir así ese nombre tan vulgar. Pero te hace juego. Desde luego le haces honor. Y, para patadas, ya estás tú...
Salud, camaradas!

un buen pseudónimo dijo...

Lo de los anónimos es una cuestión de educación, de respeto y de responsabilidad. Tal vez para tus compañeros de trabajo, tus vecinos o incluso tus familiares seas alguien anónima o con un buen pseudónimo. Si alguien va a criticarme me gusta que de la cara, o al menos el nombre para estar en igualdad de condiciones. A lo mejor ha sido mucho pedir (educación, respeto y responsabilidad me refiero).

Más te valdría aprender a argumentar tus opiniones en lugar de picarte y recurrir a alusiones personales propias de niños de parvulitos. Tendrían más peso del que ahora mismo tienen.

Que te lo pases bien en vacaciones. Y cuidado con los progres que están por todas partes y son muy malos.

David

Esther dijo...

¿Necesitas que también te de mis apellidos y NIF para poder escribir un comentario en un blog que no es tuyo?
¿Que vas, a perseguirme con el puño cerrado y en alto?
Lo tuyo, chaval, se cura viajando, conociendo mundo, tratando y conociendo a gente. Sal de tu zulo.
Respecto a lo del libro de Aznarín, se me olvidó ayer decirte algo: hay una gran diferencia entre tener un espíritu tolerante, respetuoso y democrático (de verdad, no de boquilla sólo) con las opiniones, razonamientos y creencias de los demás y ser un gilipollas, que se tiene que leer cualquier basura que ve en el escaparate. Además, cualquier persona medianamente informada sabe que ese y cualquier otro libro se lo escribe lo que vulgarmente se llama un "negro", puesto por la editorial. A él y a otros muchos.
Y, precisamente, para eso me voy de vacaciones lejos, para descansar de tanto progre hipócrita que me rodea en mi mundillo el resto del año.

Ulises dijo...

Ése es un buen tema para una entrada: los negros literarios. Muy bien, Esther.

Toño dijo...

Y vuestros libros para cuàndo?