jueves, 19 de febrero de 2015

Sin palabras




Joe Sacco cuenta en este libro desplegable el primer día de la batalla del Somme sin palabras. Luego viene un cuadernillo donde sólo hay palabras que lo explican todo para los que no puedan pasarse sin leer, pero todo está en la parte sin palabras. En realidad, sobran las palabras.
Seguro que recordáis alguna historia o alguna situación o estáis en un recoveco de la vida en el que las palabras no bastan. Todos hemos estado en lugares así.

Las palabras entonces no sirven
son palabras.

Supongo que es un poco paradójico que os pida que contéis, pero hay gente que hace maravillas con el silencio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pareciera que dormir es una inutilidad, una pérdida de tiempo, pero no es así. Creo que las palabras se produjeron en el agujero del silencio de la noche, cuando ya no alumbra la luz. Inicialmente los sueños humanos no tenían palabras, eran imágenes que afloraban de las vivencias y sentires que persistían de lo acontecido en los días previos, como hilos salidos de la sombra, y éramos dueños de ellas. Más tarde, para recordar estas imágenes, les dimos sonidos, fabricamos las palabras. Aunque surgieron en mitad de las noches, las sacamos al mundo, como la madre que presenta a su recién nación, fuera ya del mundo onírico. Después, contrastando las palabras, cruzándolas, arrojándolas al mundo real, usándolas, peleando con los demás por ellas, las afianzamos en el lenguaje. Con el tiempo, nos hicimos esclavos de las palabras de los demás, de todos. Con ellas comenzaron las grandes guerras. Pero la esperanza de paz persiste en las noches, en el sueño, cuando creamos nuevas palabras en el silencio. Aunque todas las que inventemos, queden en el olvido y se pierdan.
J.Rocha

Anónimo dijo...

El silencio mece las hojas
el silencio calla a las palabras huecas
el silencio fija las estrellas
las palabras acunan las olas.
El silencio y palabras se pueden entrecruzar, mirar, amar, odiar.
Son complementarios, como tú y yo.
jemart

BRAGAOMEANO dijo...

El silencio, es de esas cosas, que cuando lo tienes, no lo quieres, cuando lo necesitas no lo tienes.
Es tan peligroso, que puede acrecentar tu locura, tanto como el ruido.
Busca el silencio, el que toda ya lo ha oído.

Anónimo dijo...

El silencio no tiene silicio, no hiere, calla, es democrático, igualitario, inocente.
El silencio excita a las nubes, acompaña a las montañas y vive entre los pobres cantos.
El silencio no miente, no riñe, no estorba, no suplica.
El silencio no calla.
jemart

Anónimo dijo...

El silencio y el pensamiento están abocados a entenderse.
jemart