jueves, 24 de abril de 2014

Cien años de soledad



Desde su juventud y durante muchos años, Gabriel García Márquez escribió la historia de su familia sin ser capaz de terminarla. La novela inacabada tenía el título provisional de "La casa" y acompañó al autor hasta casi sus 40 años, pero un día, yendo de viaje a la playa con su mujer y sus hijos se le ocurrió el principio y se puso a escribirla.
Aquí están las primeras páginas del cómic Gabo, memorias de una vida mágica, donde se recrea la escena.
Lo que vino después es historia de la literatura.

Siempre me ha fascinado de esta novela su gestación como acto de fe. Después de la escena de la revelación del principio de los Cien años de soledad, el escritor estuvo 18 meses encerrado escribiéndola, en su "cueva de la mafia" como llamaba a su estudio. En ese tiempo se acabó el dinero y empezaron a vivir a crédito, empeñaron el coche, el refrigerador, el televisor, las joyas de su mujer, dejaron de pagar el alquiler, comían muchas veces de lo que les traían los amigos, pero él seguía escribiendo en una especie de rapto místico.
Su mujer, que lo acompañaba y que se ocupaba de demorar los pagos y de sostener aquella locura, rumiaba y llegó a decir: "Lo único que falta es que la novela sea mala".
No era mala, pero cuando fueron a enviar el único manuscrito a Argentina porque un editor se había interesado por las anteriores novelas de Gabo, resulta que mandarla entera costaba 82 pesos. Tenían poco más de cincuenta, así que mandaron la mitad.
Imaginad la cara del editor cuando empezó a leer aquello, ¿Cuánto tardaría en darse cuenta de que tenía entre manos la novela más importante del siglo?

A veces uno envidia los raptos místicos de los demás
A veces uno entre un millar tiene la valentía


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Narrar es acercar y alejar situaciones, paisajes; experiencias de otros, presentar y enseñar las pasiones y asuntos humanos con levedad y mística. Acceder a las profundidades de las criaturas y sus destinos. Es útil la narración para calentar nuestras frías vidas con el fuego de otras. La narración tiene orígenes propios y también los transmitidos por otros, la muerte lo envuelve todo, pero no muere salvo por el olvido. Se expresa con la boca, mirando lo inolvidable, donde la realidad y la ficción, no siempre van separadas. Van formando nuestra propia experiencia: múltiple y polifacética. Nos hace únicos en nuestro cuerpo humano, en la totalidad de nuestra vida; como pasajero del tiempo y del espacio; así seamos: viajero o sedentario; ya que en el fondo, se complementan. La narración forma nuestro propio mundo anónimo, y el mundo anónimo de todos. Reflejar y sacar lo evidente de los sueños. Narrar es entrar en el saber, presentar la llama encendida de toda la sabiduría de la vida. En cambio, la obediencia al poder, copia: empobrece con su repetición, nos priva de la experimentación sobre la existencia, del desarrollo práctico de la ética personal, nos apaga lo soñado, aleja el consejo que da la voz contada. Como dice Walter Benjamín: “El consejo es sabiduría entretejida en los materiales de la vida vivida”. Lejos del bombardeo informativo, la narración, se sustenta en sí misma, sin explicaciones. En la boca de un hábil narrador artesanal como Gabo, provoca en los otros: sorpresa y reflexión. Es una correa de transmisión perfecta...de larga duración, que extrae sus raíces del pueblo. Una buena narración, activa y amplia el don de escuchar: revive, arde; después, el escuchante, también podrá ser narrador, registrador y transmisor; cuando haga suyo el sueño presentado: tejerá e hilará otras narraciones propias; reproducibles, de esperanzas y recuerdos.
J.Rocha

BRAGAOMEANO dijo...

Estas son las cosas que tienes que cumplir para triunfar en lo que te gusta, el orden puede variar según las personas :
1. Talento.
2. Cabezonería.
3. Creer en uno mismo mas que nadie.
4. Que los que te rodean crean en ti y te apoyen hasta el fin.
5. Que la inspiración te pille trabajando.
6. Suerte.
7. Dinero, solo lo suficiente para cubrir las necesidades básicas y no tengas que trabajar para cubrirlas. Mas tampoco, porque te puede quitar las ganas de trabajar.
8. Si eres hombre, una gran mujer.
9. Una MADRE con mayúsculas, si no tienes pareja.

¡ Suerte en vuestro intento por hacer lo que os gusta !

Anónimo dijo...

La voz que se lanza
El mercado no tiene memoria, el dinero es opaco y dominante; no pregunta, se empodera del Estado con su deuda impagable, agotando el estatus de su historia. El mercado de valores, en lo ordinario de su lenguaje: fuerza y rompe la democracia. Los datos económicos confirman la necesidad de un giro radical hacía la vida. Me cambio de crisis, de reglas de negocios. No soy el agente responsable de los problemas de las mentiras monetarias. Ni especulo con las palabras financieras imperantes. Soy la voz inevitable del rescate, el que se arriesga a soñar con otro mundo posible.
J.Rocha