En realidad se empezó a ir en febrero, cuando le dio un infarto cerebral. Muchos dirán que ya tenía 93, pero supongo que cuando se tienen 93 la perspectiva cambia.
En otra ocasión vimos algún poema de Gonzalo Rojas. Hoy os traigo este que él mismo escribió como despedida a su estimado Juan Rulfo:
Mariposas para Juan Rulfo
Cómo fornicarán felices las mariposas en
el césped oliendo
de aquí para allá a Dios sin
que vaca alguna muja encima de
su transparencia, jugando a jugar
un juego vertiginoso a unos pasos
blancos del cementerio con el mar
del verano zumbando allá abajo ocio y
maravilla.
Rulfo habrá soplado en ellas tanta
locura, Juan Rulfo cuyo Logos
fue el del Principio; les habrá dicho: -Ahora, hijas,
nos vamos de una vez
del páramo.
¿Y ellas? Ahora ¿qué harán
ellas sin Juan que cortó tan lejos
más allá de Comala en caballo único tan
invisible? ¿bailarán, seguirán
bailando para él por si vuelve, por
si no ha pasado nada y de repente
estamos todos otra vez?
Por mi parte nadie va a llorar, ni
mi cabeza que vuela ni la otra
que no duerme nunca. Se ha ido
y se acabó, nadie
corre peligro así acostado oyendo
los murmullos aleteantes.
-Con tal
de que no sea una nueva noche.
¿Se os ocurre alguna mariposa para Gonzalo (Rojas)? Colocadlas en los comentarios.
Ah, y recordaros que mañana se celebra el dia del libro en la Biblioteca de Guadalajara con un acto alrededor del microrrelato a partir de las 18:30. Las lecturas serán breves y jugosas...
1 comentario:
Siguiendo al gran Epicuro,
algún día seré el polvo que empaña mis cristales.
¡Libre de preocupaciones!
¡Niego mis vestiduras a los astros!
El polvo que me compone,
desde el origen del universo,
será la única felicidad que me acompañe.
Es lo que sé.
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