Después de la polémina en la entrada anterior en torno al tema de Dios o de dios y de los curas delincuentes, esta mañana he oído el verso que muchos medios repiten en relación con la muerte de Labordeta (a que es chulo el retrato de Jose Luis Cano): "Si Dios pregunta por mí, decidle que no existo". No quiero echar más leña al fuego, sólo decir que cuando Labordeta tenía 16 años, decir algo así no sólo era comprensible, sino necesario. La imagen de Dios en la Tierra es principalmente su Iglesia, y qué imagen daban entonces...
Pero mi intención hoy es regalaros un par de poemas de Labordeta:
Se han marchado
Se han marchado todos
y nadie ha vuelto
para cerrar la puerta.
Esta, vieja y desguazada,
golpea contra el viento
en las noches de asombro
como si nadie la quisiera oír,
como si todos los páramos del tiempo
se encerrasen aquí,
sobre estas galerías de casas agrietadas.
Y lejos,
más allá de las últimas carrascas,
alguien recuerda la cama
donde fue concebido con tristeza.
Acuérdate
Acuérdate de cuando fuimos niños
los turbios niños
de cuando fuimos vivos
por pura complacencia del destino.
Mudos.
Turbios niños
Callados
cuando fuimos niños
Creciendo
silenciosamente educados.
Nunca
fuimos realmente niños
en mitad del dolor amargo
de las guerras.
¿Y ahora?
nunca seremos nada
Nunca
es imposible así
con este aire de injusticia
brutal acometida
ante los ojos.
Acuérdate de cuando turbios
niños fuimos despoblados.
Nada como entonces
a pesar de todo.
El ejercicio de hoy es escribir un texto que empiece con el primer verso de uno de los poemas.: "Se han marchado todos..." o "Acuérdate de cuando fuimos niños..."
7 comentarios:
Se han marchado todos,
pero no es verdad,
queda el viento,
el agua,
la tierra,
los árboles…
En definitiva, la vida.
Otros vendrán,
y también pasarán.
Y volverá a haber otro último,
que también se lamentará.
Así es el ciclo infinito de la vida,
mientras no lo destruyamos todo…
Pero también dará igual.
Se han marchado todos, los estudiantes futuros, a la más próxima ciudad, los trabajadores del campo buscando un campo mejor para su trabajo, los que no tienen agua, donde esta sobra, los que tienen sobra de violencia, donde esta escasea, los que escasean de futuro, donde se promete uno mejor, los faltos de libertad, donde la regalan. Poco queda haciendo sombra en la tierra pelada, acaso un rebaño, acaso lagartijas al sol, acaso alguna flor de tomillo y acaso algún cantor de su tierra.
MUERTOS
Se marcharon todos.
Y yo me cansé de esperar,
agachada tras la puerta,
el regreso prometido
que fuera falsa promesa.
Busco entre desconsuelos
la sonrisa de una madre,
la caricia del abuelo,
los consejos de ese padre,
la esperanza de un Cielo
que me asegura encontrarte
y que a veces me lo creo.
Pero se van yendo,
se van marchando despacio,
con duelo,
sin avisar, avisando,
llorando, gritando...
doliendo.
Yo sé que han de marcharse
los que vinieron primero.
¿Dónde está escrita la lista?
¿Quién es segundo, tercero...?
Quién espera tan tranquilo
viendo cómo van saliendo
los que casi no llegaron
a saber que estaban dentro.
Sólo queda una esperanza
en este desasosiego:
al marchar los que quedamos
no quedaran ya más muertos.
Mª José Olivares
No quiero acordarme,
no quiero,
de cuando era una niña.
Esas trenzas apretadas,
esas terribles caidas,
las rodillas desholladas,
pellizcos en las mejillas.
Quién quiere recordar las noches
de fiebre y de pesadillas.
Pero aquellas camas templadas
con bolsa de agua, tíbias,
y aquellos dulces caseros
que preparaba la tia.
Esos juegos en la calle:
comba, goma, pilla-pilla;
escondites, pasa-calles,
¡qué tardes más divertidas!
Acuérdate tú de mi infancia,
que serás más realista.
Mª José Olivares
SE HAN MARCHADO TODOS
Gloria Fuertes,
Miguel Delibes,
José Saramago,
Benedetti,
Corín Tellado,
J.D. Salinger,
Michael Crichton,
Rafael Azcona,
Robert Fisher...
y aún más,
podría hablar hasta de Simone Ortega, de Jose Luis Coll,
de Fernando Fernán Gómez,
de Francisco Umbral...
Empiezo a entender cúal es la verdadera crisis:
económicamente seguro me repondré,
pero no de estas pérdidas.
¡Qué años llevamos !
Mª José Olivares
ACUERDATE DE CUANDO FUIMOS NIÑOS :
Acuérdate de cuando fuimos niños,
a la luz o a la sombra todo nos fue permitido.
Descubrimos el sexo jugando a los médicos.
No luchamos contra ningún dictador,
ni no inventamos un pasado inexistente,
como los ministro de turno, hijos del
régimen.
Que se inventan un pasado que para ellos
Fue de miel y rosas, nos lo quieren vender,
Como de hiel y sobras.
Nuestra hora nunca ha llegado, somos otra generación,
perdida en otra pertinaz crisis.
Nuestra vida seguirán siendo los ríos ,
que van a parar al mar muerte.
Nos dieron una constitución que no votamos,
una partitocracia que nos venden como democracia.
Cualquier parida que se invente una ministras,
nos lo intentan vender como una verdad.
Que lo anormal parece ser, es ser heterosexual.
Acuérdate cuando fuimos niños y los padres tenían
pelos en le pecho.
Las madres se ocupaban de sus hijos ,
las clases particulares solo existían para
los muy malos estudiantes.
Jugábamos al futbol los chicos,
las chicas a las muñecas.
Parece que todo ha cambiado tanto,
Pero los pobres siguen siendo pobres
Y lo ricos aún más ricos.
¿ Vendrá algún nuevo juglar, a cantar
Las mentiras del sistema actual ?,
¿O seguirá en la mochila, la igualdad, la fraternidad y la verdadera libertad?
Acuérdate de cuando fuimos niños,
simplemente niños.
Ahora lo podemos imaginar:
sin conocimiento,
ingenuos,
con torpeza.
Lo bueno y lo malo:
los silencios,
lo gritos,
las miradas…
Todo era nuevo.
Acuérdate cuando corríamos por las amplas calles infinitas…
Nada terminaba, todo era futuro.
Acuérdate de los juguetes perdidos,
los artilugios simples:
Un palo, una tela, unas bolas, las chapas, las palabras.
El tiempo los escondió,
pero su recuerdo aún perdura,
y así, somos como somos.
Esos viejos trastos nos han hecho como somos.
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