Taller de escritura gratuito con propuestas que estimulan la creatividad
martes, 9 de febrero de 2010
Una historia de amor
En otra ocasión os puse el enlace de este vídeo, pero al pensar en una historia de amor que os sirviera de ejemplo para inventar/recrear la vuestra, no se me ha ocurrido un ejemplo mejor. Lo que es la historia de amor que nos cuenta empieza en el minuto 4 del vídeo. Espero que os guste.
Así que ya sabéis, el ejercicio de hoy es uno muy difícil: escribir una historia de amor.
21 comentarios:
Jesús Rocha
dijo...
Historia de amor al otro lado del mundo. Para algunos una historia de amor, es como un cuento, donde el autor juega y presenta sentimientos encontrados de personas que se desean. Pero las historias de amor nacen de las soledades encontradas, islas o remansos de paz temporales que lo decide el azar, y que ya nunca se olvidan y perduran en el recuerdo de sus protagonistas. Voy a contar una historia ocurrida o inventada, qué más da, en 1970, en filipinas: Se trata de Marcos Tagalog, un joven que gracias al esfuerzo de sus padres, marchó a Manila a estudiar derecho, también había recibido la ayuda de una beca, conseguida por sus méritos académicos. Se había matriculado en el primer año universitario y había empezado el curso con ahínco. Mantenía la fijación de terminar lo estudios lo antes posible, y de esa manera poder aliviar la presión económica que él representaba para su familia. Soñaba con compensar a través de su esfuerzo, a las esperanzas que sus padres y hermanos había depositado en su persona. En un futuro no muy lejano, Marcos ayudaría a salir de la pobreza relativa en que vivían sus padres. Y digo relativa por que su familia era considerada por los demás vecinos de su aldea, una familia campesina desahogada. Por recomendación de sus padres, y en especial, por la insistencia de su madre, a los dos meses de haberse instalado en la capital, fue a visitar a una vieja amiga de juventud de su madre, una mujer a la que su madre consideraba como una hermana de infancia. Era una obligación que no podía dejar pasar. Así, la mañana del tercera sábado después de su llegada, cuando ya tenía todas sus necesidades básicas resueltas: pensión, papeleos, matrículas y demás temas del funcionamiento en la capital; y obviamente, por ser sábado, no teniendo clases. Encontrándose aburrido, sin nada especial que hacer; decidió que había llegado la hora de realizar la visita pendientes que le había recomendado su madre, y que de vez en cuando, se lo recordaba por teléfono.
Se puso sus mejores ropas, que tampoco eran para mucho lucir; y se encamino a la busca de la amiga de infancia de su progenitora. Tras pasar media mañana indagando por la dirección que su madre le había escrito en un papel, dio con la casa donde se suponía que vivía la amiga materna. Se encontraba en un barrio de las afueras de Manila. Se trataba de una pequeña casa de una única planta cuadrada, en medio de un jardín que no era pequeño, pero tampoco excesivo. La parcela en que se encontraba, tenía cierta autonomía vecinal: gracias a los cuatro árboles frondosos y verdes, perfectamente aclimatados e integrados en ese clima tropical que lo rodeaba y que tanto afecta al ánimo de las personas. Se trataba de un banano, un aguacate, un abacá y una palma brava. Cada uno de los árboles en el centro de cada una de las cuatro paredes de la casa y equidistantes de la valla y las citadas paredes de la casa. A la parcela lo limitaba y rodeaba un seto vegetal de evónimos de poca altura. Una puerta verde de madera permitía el acceso a la entrada principal. La casa estaba pintada de blanco, con tres amplias ventanas y tejado a dos aguas de tejas rojas. Desde la entrada, representada con una puerta verde, la casa se veía tranquila, nada que ver con la vida bulliciosa que últimamente a Marcos le había tocado vivir en Manila, donde todo era caos en las calles y edificios altos. En parte, le recordaba un poco a su propia casa familiar, aunque de unas dimensiones menores. Tras cruzar la puerta y después de colocar el pestillo, levanto la vista y se encontró con unos grandes ojos negros que le miraban fijamente. Una muchacha de pelo negro, con uniforme escolar, de unos quince años, según dedujo por el uniforme gris que portaba, aunque ella parecía de mayor edad, se grabó en su retina. Era evidente que se disponía a salir. Este fue el primer encuentro que tuvo con Adriana. La mirada de la muchacha se clavó en la de Marcos con una fuerza increíble, llegando a donde ninguna otra antes nunca había llegado. Y esta mirada permaneció grabada para siempre desde entonces en su memoria. Marcos Tagalog comprendió claramente, a partir de este hecho casual, lo que era el amor. Sus vidas se cruzaron unas cuantas veces más, sin consecuencia alguna. Adriana, en el momento del cruce de miradas, tuvo una reacción similar, pero creo que de más baja intensidad. Circunstancialmente nunca hicieron realidad su amor, pero aquel instante fue un recuerdo que ambos arrastraron toda la vida, y seguramente también los condicionó en las decisiones que tomaron en el futuro. Nadie llegó a conocer aquel momento. Sólo ellos dos sabían de este pequeño pero trascendente hecho.
TRES RELACIONES EXTRAMATRIMONIALES SIN IMPORTANCIA
El señor M. nunca quiso a la señora L. Ni siquiera durante los escasos ocho meses que duró la relación, ni siquiera en los buenos momentos que se daban entre bronca y bronca el señor M. demostró su amor. Era algo parecido al amor, lo que de él se esperaba en materia de amor, una forma razonada de sentir. Pero el señor M. nunca pudo amar a la señora L. ni la mitad de lo que se quería a sí mismo, así que acabó dejándola por un motivo estúpido. Ahora, año y medio después, dice que se traga su orgullo y que no ha querido a nadie como la quiso a ella. No se da cuenta de que el miedo a la soledad le está apuntando con una pistola al corazón para que se crea sus propias mentiras.
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M. es una de esas rubias que me da mala vida. Ahora dice que se va a un pueblecito cerca de Toulouse a ejercer de fisioterapeuta. Yo sé que sería una gran oportunidad aunque aquí estuviéramos atando a los perros con longanizas. Y sé que la quiero porque aún no ha hecho la maleta y ya la estoy echando de menos.
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Yo te quería M. Tal vez no como tú esperabas o como pretendías pero ¿por qué ese amor debe valer menos que el de un marido, un novio o un amante? Si es el amor perfecto, el de tú a tu casa y yo a la mía, sin necesidad de aguantar ronquidos ni manías exasperantes, sin necesidad de quitar los pelos del desagüe de la ducha ¿Cuál era el problema? ¿Qué era un amor en multipropiedad? ¿Qué pensabas, que por no ser exclusivo no era valioso? Malditas mujeres con sus malditos romanticismos.
Tengo 27 años. He vivido muchas historias [¿de amor?]. Me he ilusionado, y también he ilusionado. He deseado y he tenido. He fantaseado y ha ocurrido. He roto el corazón, me han decepcionado, he engañado, me han estafado. He necesitado como una droga la aceptación y la admiración de una determinada persona muchas veces, aunque al cabo de unos meses volviera a ser otro extraño más. En una cadena sin fin ... Todo es un engaño, una trampa. Lo que entendemos por amor de pareja no es más que una trampa de la naturaleza para que la especie continúe. Una trampa que nosotros hemos refinado [o pervertido, según el caso], hemos hecho una industria con ella, otra más. Una vez has caído en ella, los acontecimientos que le suceden te exprimen como una naranja, ocupando todo tu tiempo que, si lo pensamos bien, es lo más valioso que tenemos, por escaso e irrecuperable. No es que me mintieran, no. Es mucho peor: nadie me quiso decir la verdad a tiempo. La verdad la compras en tu vida a un precio altísimo. Ahora no hago más que extender pagarés con mi talonario, esperando vivir lo suficiente para poder pagar mis deudas emocionales, que contraje por creer en una mentira, sólo porque parece que todo el mundo necesita creer en ella.
Ayer me preguntaste algo y no pude contestarte. Hoy, con calma, te digo:
¿Que porqué estoy contigo?. Estoy contigo porque me miras y sonríes. Estoy contigo porque la mano me tiembla cuando te rozo. Estoy contigo porque sabes entender mi llanto. Estoy contigo porque provocas mi risa. Estoy contigo porque provocas mi enfado. Estoy contigo porque te cuesta entenderme. Estoy contigo porque lo intentas con toda tu alma.
Estoy contigo porque te asustaste al verme marchar.
Estoy contigo, amor, porque, por más que te lo justifique, nunca entenderás porqué estoy contigo.
Lo nuestro acabó,tu respiración fuerte y rasgada a punto de romperse en llanto, temblaba al telefono.- Yo con el estomago retorcido, paralizado al decir "te quiero".-Como un disparo. La unica bala en la ruleta rusa de ese amor, me dijo adios, y colgó. Luego te busqué en las calles repletas de andantes, y en las vacias; en los autobuses, las facultades, los bares de copas y las facultades.. Alguna vez nos cruzamos, pasamos cerca de nosotros sin hablarnos; solo el dolor, tantas veces nuestro, parecia ya mio solo. Senti como si me hubieran amputado el corazon, intente tapar mis heridas con poemas rotos, caidos, como hojas de otoño.
Luego con los meses me alegré.
No de mi fracaso, sino de saber y sentir que te habia amado tanto.
Ahora, años de tiempo sin saber de ti; tu voz, de vez en cuando, la recuerdo clara diciendo mi nombre, mi aliento se para, y te dedico un momento de amor.- Eso si, de vez en cuando.
Para ti: Ojalá renazcas siempre de ti misma, como eres. Aunque parezca que no te quiero, seguirás en mí, seguiré pensando en ti; escribiendo por y para ti. Aunque perdiera mis ideas, la esperanza; seguirías en mí, como la primera vez que te vi en primavera…transitando por caminos de vida, lejos de la semántica ambiciosa que aguarda bajo las piedras y los cielos, esquiva entre lo verde y el azul, siempre esperando un avance de la vida. ¿Cómo mover el espacio que tú ocupas en mí? Si eres, aliento fresco del sur, aroma que siempre perdura. Y aunque la existencia nos lleve por diferentes caminos, y el tiempo pierda estas últimas palabras que te escribo; tú serás en muchos, un valor bueno. Otros cosas ocuparán mi vida y mi mente: actos, placeres, alegrías, tristezas… pero nunca serán libres, siempre permanecerán inmersos de ti, bañados por tu influjo. Te animo a que sigas tu camino, mostrando al mundo que eres tú: Resplandor más que aire, enemiga del frío, calor, vida; estado de bienestar que todo lo llena.
En medio del mensaje me replanteo: ¿Amor al trabajo? ¿Trabajo al amor? Somos personajes en rediles, comerciando con nuestro esfuerzo y tiempo, por dinero. ¿Y el hombre, el ser humano, dónde está? ¿Y el peculio, ese globo sonda que todo lo mide, asentado en la producción y en su paisaje, da miedo?... ¿dónde arrima el hombro el capital?...¿Dónde deja caer sus garras?...todo lo arrasa. ¿Qué nos empuja a obrar, a gastar, a desear? ¿A pasar la vida trabajando? -Acumulando riquezas y pobrezas- Después, en épocas de bonanza, el capital rebaja las hecatombes a males menores y daños colaterales, enviando mensajes cruzados, con falsas realidades, diseñadas a gusto de los mejores postores. Obramos como banqueros con cuerpos pequeños, agazapados, escondidos en las letras pequeñas de los contratos. Los grandes, saltan a las cumbres de las intenciones: Todo lo emborronan, lo confunden, lo enmascaran… Para nada, para seguir girando la rueda de la fortuna y que no pase nada.
Se habrán escrito cientos de páginas en la red con la misma pregunta: ¿Potencia o limita el amor la red de Internet? Vivimos aislados, conectados por pantallas, conectadas por cables reales o ficticios. Aislados de los demás por alambres de púas y paredes insonoras que no quitan vida. ¿Por qué cuando nos conectamos no sétimos a personas, sino sombras tras la pantalla? Es un sentimiento no asumido, de frustración consentida, que tenemos que pagar por el paso del mundo real al virtual, producido por la dificultad de adaptación a un nuevo medio. Perdemos, ni siquiera mejoramos las relaciones con las personas que queremos, ahora somos más atrevidos en el lenguaje, podemos ser groseros virtuales, ignorantes del la comunicación personal. Y las relaciones sociales, que antes estaban establecidas por protocolos de comportamiento; ahora no se dan, pertenecemos a una comunidad de fantasmas virtudes que se relacionan tecleando. Gastando esfuerzo en lanzar bocanadas de aire al mar, esperando que el mar nos responda con un suspiro. El saludo ya no tiene ni cara ni contacto. Casi todos en la red figuran con nombres falsos. Y sientes que te pueden estar viendo miles de ojos o nadie. No lo sabes, escribes para el espacio, como esos mensajes ridículos que se entierran al poner la primera piedra de una gran obra. Esperando que el futuro lo valore, sin saber realmente si habrá futuro. Todavía articulamos ideas con caracteres, usamos palabras tecleadas, que vienen de un lenguaje humano que se va perdiendo. Ahora, en ciertos círculos, abundan los signos visuales e imágenes consensuadas que representan ideas y sentimientos, van modificando nuestro lenguaje. El mensaje casi no existe, se habla con obviedades y falsas mentiras, que no son ni verdades ni nada, ni chicha ni limonada. Todo vale. Ya no se dan las cartas a la vieja usanza. La mayoría de los mensajes desechan los problemas, está mal visto hablar de cosas concretas y reales. El individualismo es el nuevo dios, nada hay detrás de tanta palabra, ni se esconde ni se muestras. El mensaje es programado: “Hola mundo” como signo de comunicación. Se esta perdiendo, poco a poco, la relación que tienen las palabras con los objetos que lo definían. Las palabras: “amor”, “cariño”, en la red, ya no muestrean el sentimiento que implicaban. Y las amistades ya no son lo que fueron, antes alimentadas y fortalecidas por la proximidad y el contacto. En la red nadie tiene ojos, ni labios, ni pelo, ni rostro, ni risa, ni tacto. El amor es virtual, el sexo virtual, la muerte también virtual. ¿Y lo virtual que es? ¿Una sombra? ¿Un halo que se va diluyendo en la nada? Como esos mensajes enviados a otros mundos, que ni siquiera sabremos si lo comprenderían.
DECIDME COMO ES UN ARBOL Para mi niño un arbol ha de tener dos elementos fundamentales ; una copa verde, redonda , con peras o manzanas perfectamente simetricas en su interior, y un tronco , marrón ,recto , a ser posible con un agujero en la parte central por donde asome una ardilla sonriente. En la rama del arbol no puede faltar un pipi . Partiendo del arbol de mi niño , no resulta extraño que muchas veces crecer y decepcionarse sea lo mismo.
Gracias por tu visita,gracias por tu alma,gracias por tu voz,gracias por llegar a mi,me voy a desnudar lentamente...Empezaré por quitarme los zapatos,en ellos arrastro los pasos dados,los caminos recorridos,algunos buenos,algunos malos,ultimamente(como dice Ismael) ando algo perdida y mis pasos me han llevado a cometer errores,pero mis pasos me llevaron a ti y en contradicción me he sentido feliz,la sonrisa se me ha pegado a la cara,pero mi corazón aún le cuesta gesticular el gesto de la sonrisa,teme, temo y me siento rara,enferma.
Me quitaré las medias para tocar mi piel desnuda y entregartela sin ningun propósito,al sentir tu tacto tibio en mi ,recuerdo lo bien que se siete el alma abrigada entre manos calientes, he pasado tanto frio...Que acurrucarme a tu lado es tener el calor buscado y no hallado,se puede uno enamorar a los 43,puede uno abrigar tantos deseos de futuro y callarlos,por temor,temo,tengo miedo.
Seguire con mis bragas,me las quito ante ti y el paraiso se desvela,un sin fin de serafines me envuelven en la entrega,en el compartir...me las he quitado antes,pedia a gritos que me amaran,hoy me aman y en el confín de mi cuerpo lo siento como jamás fue sentido ,mi cuerpo se une a mi alma y si mueriera en tus brazos diria que es morir en el paraiso.
me quito el sujetador,nectar de mis vidas, nectar de tus labios,suaves montañas que se vuelven hacia ti,detras de ellas,mi corazon,mi alma que te invitan a quedarte y yo temo ,temo que un día tus labios no se posen más.
llego a mi cuello,desnudo se presenta,dolorido por la fátiga,dolorido por el mal que hoy lo cubre. Mi boca ,que hablar no puede,que se esconde y se deshace en besos. mis ojos,te miro y te quiero beber entero ,recuperar tu imagen para cuando no estes,mis ojos ventanas de mi alma que te dicen te quiero en silencio. Me desnudo y me destapo,tengo miedo mucho temor oculto,temo enfermarme,temo tener que pedir una baja y justificarme ante los demás y decir soy débil,me caigo
M. le dijo a L que le quería. L. le dijo que él también la quería y era verdad. El problema era que L. no podía quitarse de la cabeza a K. K. sólo tenía que pestañear para que L empezase a dudar de todo. L. mimaba a K siempre que podía y la invitaba a las fiestas que organizaba en su casa y luego en la casa que compartía con M. Ya fuera por lástima o por gusto, K siempre acudía y un par de veces L. estuvo a punto de acariciarla cuando se sentó a su lado pero le faltó valor. Un día L llegó a casa y pilló a M en la cama con K y se llevó el disgusto de su vida. Cuando volvió, M no dijo nada y siguió tratándolo como siempre. L lo pasó muy mal, pero decidió callarse porque así podría seguir viendo a K, viviendo con M y fantaseando con un trío.
¡Qué difícil respirar! Me falta aire. Me falta aliento...
y me duele el alma.
¿Para qué estos momentos? ¿Porqué aparecen? ¿Dónde está mi alegría? Se me perdió la sonrisa...
y me duele el alma.
No pienso en ti, de verdad, no pienso en nadie. No hay culpables. No hay víctimas. Sólo estoy yo, que no respiro, que me duelen las palabras, que me duele el tiempo, que me duele la sangre, que me duelen los sueños...
Me giro, ladeo la cabeza y te miro... Tus canas juguetean con tu frente, la respiración liviana , de pronto mueves la cabeza, me descubres mirandote....¡Buenos dias! Nos sonreimos y nos damos un beso...
La vida a veces (¡a veces!)pasa tranquila, suave, con aroma a encina, a siesta en el campo, a Virgen de Agosto, y es templada como un brillo.
Es sólo que...
Otras veces, se me juntan las excusas, se mezclan con motivos. Son días que cuesta subirlos, que pesan como tardes de invierno, que abren zanjas insondables, traen besos de costado, que saben a juguetes escondidos, a secretos que no tienes.
Es sólo que...
No siempre se tienen ganas. No siempre se mira recto. No siempre escuchamos todo. Sólo es eso.
O quizá fue la lluvia, que se me pegó en el pecho.
Otra historia de amor. Se empieza por una mirada y unas tontas palabras en frases hechas se asoman como un suave beso. Siguen las esperas, los silencios. Las largas noches solitarias. Las blancas hojas de una historia no contada, no escrita, abortada...Y llegan las palabras. Palabras de amor, de encuentros, de olvidos, de desencuentros, de pactos, de odios, de guerras, de armisticio, de otra vez paz. y vuelta a empezar. A miles, a cientos de miles, a millones, a más que millones, más que infinitas. Palabras mezcladas, entrelazadas, unidas, separadas, atiborradas. Pequeñitas, largas, retorcidas, simples, llanas, precisas, sutiles, ambiguas, oscuras. Palabras con sentido, sin él, acompañadas, solitarias, perdidas y después encontradas. Palabras que, brotan, saltan, fluyen, tropiezan, se desparraman, inundan. Unas se pelean por ser las primeras, otras no quieren salir, se agarran a las farolas, y a los árboles, y a las cosas sin sentido. Otras corren más que el viento y no dicen nada. Muchas se me atragantan, blasfeman, insultan. Aparecen y desaparecen. En definitiva; hacen lo que les viene en gana. ¡Ahí están! Acompañándome, habitándome. Si ellas, no sería yo, ni nadie, ni nada.
Otra historia de amor. Se empieza por una mirada y unas tontas palabras en frases hechas se asoman como un suave beso. Siguen las esperas, los silencios. Las largas noches solitarias. Las blancas hojas de una historia no contada, no escrita, abortada...Y llegan las palabras. Palabras de amor, de encuentros, de olvidos, de desencuentros, de pactos, de odios, de guerras, de armisticio, de otra vez paz. y vuelta a empezar. A miles, a cientos de miles, a millones, a más que millones, más que infinitas. Palabras mezcladas, entrelazadas, unidas, separadas, atiborradas. Pequeñitas, largas, retorcidas, simples, llanas, precisas, sutiles, ambiguas, oscuras. Palabras con sentido, sin él, acompañadas, solitarias, perdidas y después encontradas. Palabras que, brotan, saltan, fluyen, tropiezan, se desparraman, inundan. Unas se pelean por ser las primeras, otras no quieren salir, se agarran a las farolas, y a los árboles, y a las cosas sin sentido. Otras corren más que el viento y no dicen nada. Muchas se me atragantan, blasfeman, insultan. Aparecen y desaparecen. En definitiva; hacen lo que les viene en gana. ¡Ahí están! Acompañándome, habitándome. Si ellas, no sería yo, ni nadie, ni nada.
21 comentarios:
Historia de amor al otro lado del mundo.
Para algunos una historia de amor, es como un cuento, donde el autor juega y presenta sentimientos encontrados de personas que se desean. Pero las historias de amor nacen de las soledades encontradas, islas o remansos de paz temporales que lo decide el azar, y que ya nunca se olvidan y perduran en el recuerdo de sus protagonistas. Voy a contar una historia ocurrida o inventada, qué más da, en 1970, en filipinas: Se trata de Marcos Tagalog, un joven que gracias al esfuerzo de sus padres, marchó a Manila a estudiar derecho, también había recibido la ayuda de una beca, conseguida por sus méritos académicos. Se había matriculado en el primer año universitario y había empezado el curso con ahínco. Mantenía la fijación de terminar lo estudios lo antes posible, y de esa manera poder aliviar la presión económica que él representaba para su familia. Soñaba con compensar a través de su esfuerzo, a las esperanzas que sus padres y hermanos había depositado en su persona. En un futuro no muy lejano, Marcos ayudaría a salir de la pobreza relativa en que vivían sus padres. Y digo relativa por que su familia era considerada por los demás vecinos de su aldea, una familia campesina desahogada.
Por recomendación de sus padres, y en especial, por la insistencia de su madre, a los dos meses de haberse instalado en la capital, fue a visitar a una vieja amiga de juventud de su madre, una mujer a la que su madre consideraba como una hermana de infancia. Era una obligación que no podía dejar pasar. Así, la mañana del tercera sábado después de su llegada, cuando ya tenía todas sus necesidades básicas resueltas: pensión, papeleos, matrículas y demás temas del funcionamiento en la capital; y obviamente, por ser sábado, no teniendo clases. Encontrándose aburrido, sin nada especial que hacer; decidió que había llegado la hora de realizar la visita pendientes que le había recomendado su madre, y que de vez en cuando, se lo recordaba por teléfono.
Se puso sus mejores ropas, que tampoco eran para mucho lucir; y se encamino a la busca de la amiga de infancia de su progenitora. Tras pasar media mañana indagando por la dirección que su madre le había escrito en un papel, dio con la casa donde se suponía que vivía la amiga materna. Se encontraba en un barrio de las afueras de Manila. Se trataba de una pequeña casa de una única planta cuadrada, en medio de un jardín que no era pequeño, pero tampoco excesivo. La parcela en que se encontraba, tenía cierta autonomía vecinal: gracias a los cuatro árboles frondosos y verdes, perfectamente aclimatados e integrados en ese clima tropical que lo rodeaba y que tanto afecta al ánimo de las personas. Se trataba de un banano, un aguacate, un abacá y una palma brava. Cada uno de los árboles en el centro de cada una de las cuatro paredes de la casa y equidistantes de la valla y las citadas paredes de la casa. A la parcela lo limitaba y rodeaba un seto vegetal de evónimos de poca altura. Una puerta verde de madera permitía el acceso a la entrada principal. La casa estaba pintada de blanco, con tres amplias ventanas y tejado a dos aguas de tejas rojas. Desde la entrada, representada con una puerta verde, la casa se veía tranquila, nada que ver con la vida bulliciosa que últimamente a Marcos le había tocado vivir en Manila, donde todo era caos en las calles y edificios altos. En parte, le recordaba un poco a su propia casa familiar, aunque de unas dimensiones menores.
Tras cruzar la puerta y después de colocar el pestillo, levanto la vista y se encontró con unos grandes ojos negros que le miraban fijamente. Una muchacha de pelo negro, con uniforme escolar, de unos quince años, según dedujo por el uniforme gris que portaba, aunque ella parecía de mayor edad, se grabó en su retina. Era evidente que se disponía a salir. Este fue el primer encuentro que tuvo con Adriana. La mirada de la muchacha se clavó en la de Marcos con una fuerza increíble, llegando a donde ninguna otra antes nunca había llegado. Y esta mirada permaneció grabada para siempre desde entonces en su memoria. Marcos Tagalog comprendió claramente, a partir de este hecho casual, lo que era el amor. Sus vidas se cruzaron unas cuantas veces más, sin consecuencia alguna. Adriana, en el momento del cruce de miradas, tuvo una reacción similar, pero creo que de más baja intensidad.
Circunstancialmente nunca hicieron realidad su amor, pero aquel instante fue un recuerdo que ambos arrastraron toda la vida, y seguramente también los condicionó en las decisiones que tomaron en el futuro. Nadie llegó a conocer aquel momento. Sólo ellos dos sabían de este pequeño pero trascendente hecho.
TRES RELACIONES EXTRAMATRIMONIALES SIN IMPORTANCIA
El señor M. nunca quiso a la señora L. Ni siquiera durante los escasos ocho meses que duró la relación, ni siquiera en los buenos momentos que se daban entre bronca y bronca el señor M. demostró su amor. Era algo parecido al amor, lo que de él se esperaba en materia de amor, una forma razonada de sentir. Pero el señor M. nunca pudo amar a la señora L. ni la mitad de lo que se quería a sí mismo, así que acabó dejándola por un motivo estúpido. Ahora, año y medio después, dice que se traga su orgullo y que no ha querido a nadie como la quiso a ella. No se da cuenta de que el miedo a la soledad le está apuntando con una pistola al corazón para que se crea sus propias mentiras.
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M. es una de esas rubias que me da mala vida. Ahora dice que se va a un pueblecito cerca de Toulouse a ejercer de fisioterapeuta. Yo sé que sería una gran oportunidad aunque aquí estuviéramos atando a los perros con longanizas. Y sé que la quiero porque aún no ha hecho la maleta y ya la estoy echando de menos.
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Yo te quería M. Tal vez no como tú esperabas o como pretendías pero ¿por qué ese amor debe valer menos que el de un marido, un novio o un amante? Si es el amor perfecto, el de tú a tu casa y yo a la mía, sin necesidad de aguantar ronquidos ni manías exasperantes, sin necesidad de quitar los pelos del desagüe de la ducha ¿Cuál era el problema? ¿Qué era un amor en multipropiedad? ¿Qué pensabas, que por no ser exclusivo no era valioso? Malditas mujeres con sus malditos romanticismos.
Un juego de tontos
Tengo 27 años. He vivido muchas historias [¿de amor?]. Me he ilusionado, y también he ilusionado. He deseado y he tenido. He fantaseado y ha ocurrido. He roto el corazón, me han decepcionado, he engañado, me han estafado. He necesitado como una droga la aceptación y la admiración de una determinada persona muchas veces, aunque al cabo de unos meses volviera a ser otro extraño más. En una cadena sin fin ...
Todo es un engaño, una trampa. Lo que entendemos por amor de pareja no es más que una trampa de la naturaleza para que la especie continúe. Una trampa que nosotros hemos refinado [o pervertido, según el caso], hemos hecho una industria con ella, otra más. Una vez has caído en ella, los acontecimientos que le suceden te exprimen como una naranja, ocupando todo tu tiempo que, si lo pensamos bien, es lo más valioso que tenemos, por escaso e irrecuperable.
No es que me mintieran, no. Es mucho peor: nadie me quiso decir la verdad a tiempo. La verdad la compras en tu vida a un precio altísimo. Ahora no hago más que extender pagarés con mi talonario, esperando vivir lo suficiente para poder pagar mis deudas emocionales, que contraje por creer en una mentira, sólo porque parece que todo el mundo necesita creer en ella.
Feliz san Valentín a todos los tontos.
Ayer me preguntaste algo y no pude contestarte. Hoy, con calma, te digo:
¿Que porqué estoy contigo?.
Estoy contigo porque me miras y sonríes.
Estoy contigo porque la mano me tiembla cuando te rozo.
Estoy contigo porque sabes entender mi llanto.
Estoy contigo porque provocas mi risa.
Estoy contigo porque provocas mi enfado.
Estoy contigo porque te cuesta entenderme.
Estoy contigo porque lo intentas con toda tu alma.
Estoy contigo porque te asustaste al verme marchar.
Estoy contigo, amor, porque, por más que te lo justifique, nunca entenderás porqué estoy contigo.
Marijose
Lo nuestro acabó,tu respiración fuerte y rasgada a punto de romperse en llanto, temblaba al telefono.- Yo con el estomago retorcido, paralizado al decir "te quiero".-Como un disparo.
La unica bala en la ruleta rusa de ese amor, me dijo adios, y colgó.
Luego te busqué en las calles repletas de andantes, y en las vacias; en los autobuses, las facultades, los bares de copas y las facultades..
Alguna vez nos cruzamos, pasamos cerca de nosotros sin hablarnos; solo el dolor, tantas veces nuestro, parecia ya mio solo.
Senti como si me hubieran amputado el corazon, intente tapar mis heridas con poemas rotos, caidos, como hojas de otoño.
Luego con los meses me alegré.
No de mi fracaso, sino de saber y sentir que te habia amado tanto.
Ahora, años de tiempo sin saber de ti; tu voz, de vez en cuando, la recuerdo clara diciendo mi nombre, mi aliento se para, y te dedico un momento de amor.- Eso si, de vez en cuando.
Perdonad, pero he confirmado sin querer, y sin correjir nada, y entre otras cosas, he repetido la palabra facultades (Sobra la segunda)
Un escalofrío, Maribel. Me gustaría conocerte.
Me gustaria contactar con vosotros
Para ti:
Ojalá renazcas siempre de ti misma, como eres. Aunque parezca que no te quiero, seguirás en mí, seguiré pensando en ti; escribiendo por y para ti. Aunque perdiera mis ideas, la esperanza; seguirías en mí, como la primera vez que te vi en primavera…transitando por caminos de vida, lejos de la semántica ambiciosa que aguarda bajo las piedras y los cielos, esquiva entre lo verde y el azul, siempre esperando un avance de la vida.
¿Cómo mover el espacio que tú ocupas en mí? Si eres, aliento fresco del sur, aroma que siempre perdura. Y aunque la existencia nos lleve por diferentes caminos, y el tiempo pierda estas últimas palabras que te escribo; tú serás en muchos, un valor bueno. Otros cosas ocuparán mi vida y mi mente: actos, placeres, alegrías, tristezas… pero nunca serán libres, siempre permanecerán inmersos de ti, bañados por tu influjo.
Te animo a que sigas tu camino, mostrando al mundo que eres tú: Resplandor más que aire, enemiga del frío, calor, vida; estado de bienestar que todo lo llena.
En medio del mensaje me replanteo: ¿Amor al trabajo? ¿Trabajo al amor?
Somos personajes en rediles, comerciando con nuestro esfuerzo y tiempo, por dinero.
¿Y el hombre, el ser humano, dónde está?
¿Y el peculio, ese globo sonda que todo lo mide, asentado en la producción y en su paisaje, da miedo?... ¿dónde arrima el hombro el capital?...¿Dónde deja caer sus garras?...todo lo arrasa.
¿Qué nos empuja a obrar, a gastar, a desear? ¿A pasar la vida trabajando? -Acumulando riquezas y pobrezas- Después, en épocas de bonanza, el capital rebaja las hecatombes a males menores y daños colaterales, enviando mensajes cruzados, con falsas realidades, diseñadas a gusto de los mejores postores. Obramos como banqueros con cuerpos pequeños, agazapados, escondidos en las letras pequeñas de los contratos. Los grandes, saltan a las cumbres de las intenciones: Todo lo emborronan, lo confunden, lo enmascaran… Para nada, para seguir girando la rueda de la fortuna y que no pase nada.
Se habrán escrito cientos de páginas en la red con la misma pregunta: ¿Potencia o limita el amor la red de Internet?
Vivimos aislados, conectados por pantallas, conectadas por cables reales o ficticios. Aislados de los demás por alambres de púas y paredes insonoras que no quitan vida. ¿Por qué cuando nos conectamos no sétimos a personas, sino sombras tras la pantalla? Es un sentimiento no asumido, de frustración consentida, que tenemos que pagar por el paso del mundo real al virtual, producido por la dificultad de adaptación a un nuevo medio.
Perdemos, ni siquiera mejoramos las relaciones con las personas que queremos, ahora somos más atrevidos en el lenguaje, podemos ser groseros virtuales, ignorantes del la comunicación personal. Y las relaciones sociales, que antes estaban establecidas por protocolos de comportamiento; ahora no se dan, pertenecemos a una comunidad de fantasmas virtudes que se relacionan tecleando. Gastando esfuerzo en lanzar bocanadas de aire al mar, esperando que el mar nos responda con un suspiro.
El saludo ya no tiene ni cara ni contacto. Casi todos en la red figuran con nombres falsos. Y sientes que te pueden estar viendo miles de ojos o nadie. No lo sabes, escribes para el espacio, como esos mensajes ridículos que se entierran al poner la primera piedra de una gran obra. Esperando que el futuro lo valore, sin saber realmente si habrá futuro.
Todavía articulamos ideas con caracteres, usamos palabras tecleadas, que vienen de un lenguaje humano que se va perdiendo. Ahora, en ciertos círculos, abundan los signos visuales e imágenes consensuadas que representan ideas y sentimientos, van modificando nuestro lenguaje.
El mensaje casi no existe, se habla con obviedades y falsas mentiras, que no son ni verdades ni nada, ni chicha ni limonada. Todo vale. Ya no se dan las cartas a la vieja usanza. La mayoría de los mensajes desechan los problemas, está mal visto hablar de cosas concretas y reales. El individualismo es el nuevo dios, nada hay detrás de tanta palabra, ni se esconde ni se muestras. El mensaje es programado: “Hola mundo” como signo de comunicación.
Se esta perdiendo, poco a poco, la relación que tienen las palabras con los objetos que lo definían. Las palabras: “amor”, “cariño”, en la red, ya no muestrean el sentimiento que implicaban. Y las amistades ya no son lo que fueron, antes alimentadas y fortalecidas por la proximidad y el contacto. En la red nadie tiene ojos, ni labios, ni pelo, ni rostro, ni risa, ni tacto.
El amor es virtual, el sexo virtual, la muerte también virtual. ¿Y lo virtual que es? ¿Una sombra? ¿Un halo que se va diluyendo en la nada? Como esos mensajes enviados a otros mundos, que ni siquiera sabremos si lo comprenderían.
DECIDME COMO ES UN ARBOL
Para mi niño un arbol ha de tener dos elementos fundamentales ; una copa verde, redonda , con peras o manzanas perfectamente simetricas en su interior, y un tronco , marrón ,recto , a ser posible con un agujero en la parte central por donde asome una ardilla sonriente. En la rama del arbol no puede faltar un pipi .
Partiendo del arbol de mi niño , no resulta extraño que muchas veces crecer y decepcionarse sea lo mismo.
Gracias por tu visita,gracias por tu alma,gracias por tu voz,gracias por llegar a mi,me voy a desnudar lentamente...Empezaré por quitarme los zapatos,en ellos arrastro los pasos dados,los caminos recorridos,algunos buenos,algunos malos,ultimamente(como dice Ismael) ando algo perdida y mis pasos me han llevado a cometer errores,pero mis pasos me llevaron a ti y en contradicción me he sentido feliz,la sonrisa se me ha pegado a la cara,pero mi corazón aún le cuesta gesticular el gesto de la sonrisa,teme, temo y me siento rara,enferma.
Me quitaré las medias para tocar mi piel desnuda y entregartela sin ningun propósito,al sentir tu tacto tibio en mi ,recuerdo lo bien que se siete el alma abrigada entre manos calientes, he pasado tanto frio...Que acurrucarme a tu lado es tener el calor buscado y no hallado,se puede uno enamorar a los 43,puede uno abrigar tantos deseos de futuro y callarlos,por temor,temo,tengo miedo.
Seguire con mis bragas,me las quito ante ti y el paraiso se desvela,un sin fin de serafines me envuelven en la entrega,en el compartir...me las he quitado antes,pedia a gritos que me amaran,hoy me aman y en el confín de mi cuerpo lo siento como jamás fue sentido ,mi cuerpo se une a mi alma y si mueriera en tus brazos diria que es morir en el paraiso.
me quito el sujetador,nectar de mis vidas, nectar de tus labios,suaves montañas que se vuelven hacia ti,detras de ellas,mi corazon,mi alma que te invitan a quedarte y yo temo ,temo que un día tus labios no se posen más.
llego a mi cuello,desnudo se presenta,dolorido por la fátiga,dolorido por el mal que hoy lo cubre.
Mi boca ,que hablar no puede,que se esconde y se deshace en besos.
mis ojos,te miro y te quiero beber entero ,recuperar tu imagen para cuando no estes,mis ojos ventanas de mi alma que te dicen te quiero en silencio.
Me desnudo y me destapo,tengo miedo mucho temor oculto,temo enfermarme,temo tener que pedir una baja y justificarme ante los demás y decir soy débil,me caigo
M. le dijo a L que le quería.
L. le dijo que él también la quería y era verdad.
El problema era que L. no podía quitarse de la cabeza a K.
K. sólo tenía que pestañear para que L empezase a dudar de todo.
L. mimaba a K siempre que podía y la invitaba a las fiestas que organizaba en su casa y luego en la casa que compartía con M.
Ya fuera por lástima o por gusto, K siempre acudía y un par de veces L. estuvo a punto de acariciarla cuando se sentó a su lado pero le faltó valor.
Un día L llegó a casa y pilló a M en la cama con K y se llevó el disgusto de su vida.
Cuando volvió, M no dijo nada y siguió tratándolo como siempre. L lo pasó muy mal, pero decidió callarse porque así podría seguir viendo a K, viviendo con M y fantaseando con un trío.
M E M O R I A DE A M O R
Aprendí que los álamos suspiran cuando les confías un secreto,
aprendí que las nubes de bordes rizados serenan el alma cuando les mantienes la mirada,
aprendí la verticalidad del rio,
a mirar su cauce de historia,
a sumergir una hoja en el charco limpio de corazón arcilloso,
a procurarte las caricias como las algas enseñan,
a decir "te deseo" al rumor unisono de tus senos,
aprendí la acción de los verbos y la esencia de los nombres,
y ahora no recuerdo si te dí las gracias.
Ditirambo.
Cansada,
estoy muy cansada...
y me duele el alma.
¡Qué difícil respirar!
Me falta aire.
Me falta aliento...
y me duele el alma.
¿Para qué estos momentos?
¿Porqué aparecen?
¿Dónde está mi alegría?
Se me perdió la sonrisa...
y me duele el alma.
No pienso en ti,
de verdad, no pienso en nadie.
No hay culpables.
No hay víctimas.
Sólo estoy yo, que no respiro,
que me duelen las palabras,
que me duele el tiempo,
que me duele la sangre,
que me duelen los sueños...
y me duele, me duele el alma.
Mª José.
Me giro, ladeo la cabeza y te miro... Tus canas juguetean con tu frente, la respiración liviana , de pronto mueves la cabeza, me descubres mirandote....¡Buenos dias! Nos sonreimos y nos damos un beso...
No pasa nada.
Es sólo que...
La vida a veces (¡a veces!)pasa tranquila, suave, con aroma a encina, a siesta en el campo, a Virgen de Agosto, y es templada como un brillo.
Es sólo que...
Otras veces, se me juntan las excusas, se mezclan con motivos.
Son días que cuesta subirlos, que pesan como tardes de invierno, que abren zanjas insondables, traen besos de costado, que saben a juguetes escondidos, a secretos que no tienes.
Es sólo que...
No siempre se tienen ganas.
No siempre se mira recto.
No siempre escuchamos todo.
Sólo es eso.
O quizá fue la lluvia, que se me pegó en el pecho.
Otra historia de amor.
Se empieza por una mirada y unas tontas palabras en frases hechas se asoman como un suave beso. Siguen las esperas, los silencios. Las largas noches solitarias.
Las blancas hojas de una historia no contada, no escrita, abortada...Y llegan las palabras. Palabras de amor, de encuentros, de olvidos, de desencuentros, de pactos, de odios, de guerras, de armisticio, de otra vez paz. y vuelta a empezar.
A miles, a cientos de miles, a millones, a más que millones, más que infinitas.
Palabras mezcladas, entrelazadas, unidas, separadas, atiborradas.
Pequeñitas, largas, retorcidas, simples, llanas, precisas, sutiles, ambiguas, oscuras.
Palabras con sentido, sin él, acompañadas, solitarias, perdidas y después encontradas.
Palabras que, brotan, saltan, fluyen, tropiezan, se desparraman, inundan.
Unas se pelean por ser las primeras, otras no quieren salir, se agarran a las farolas, y a los árboles, y a las cosas sin sentido. Otras corren más que el viento y no dicen nada.
Muchas se me atragantan, blasfeman, insultan. Aparecen y desaparecen.
En definitiva; hacen lo que les viene en gana. ¡Ahí están! Acompañándome, habitándome. Si ellas, no sería yo, ni nadie, ni nada.
Otra historia de amor.
Se empieza por una mirada y unas tontas palabras en frases hechas se asoman como un suave beso. Siguen las esperas, los silencios. Las largas noches solitarias.
Las blancas hojas de una historia no contada, no escrita, abortada...Y llegan las palabras. Palabras de amor, de encuentros, de olvidos, de desencuentros, de pactos, de odios, de guerras, de armisticio, de otra vez paz. y vuelta a empezar.
A miles, a cientos de miles, a millones, a más que millones, más que infinitas.
Palabras mezcladas, entrelazadas, unidas, separadas, atiborradas.
Pequeñitas, largas, retorcidas, simples, llanas, precisas, sutiles, ambiguas, oscuras.
Palabras con sentido, sin él, acompañadas, solitarias, perdidas y después encontradas.
Palabras que, brotan, saltan, fluyen, tropiezan, se desparraman, inundan.
Unas se pelean por ser las primeras, otras no quieren salir, se agarran a las farolas, y a los árboles, y a las cosas sin sentido. Otras corren más que el viento y no dicen nada.
Muchas se me atragantan, blasfeman, insultan. Aparecen y desaparecen.
En definitiva; hacen lo que les viene en gana. ¡Ahí están! Acompañándome, habitándome. Si ellas, no sería yo, ni nadie, ni nada.
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