El año pasado no pudo ser, pero no desesperemos, Caja de Ávila nos propone su tercer concurso de microrrelatos para personas de cualquier nacionalidad, mayores de 16 años.
La historia es tan sencilla como siempre: escribir un microrrelato de 200 palabras como máximo de tema libre y enviarlo siguiente las directrices que marcan en http://www.obrasocialcajadeavila.org/concurso.
El premio es un portatil, dicen ellos, "de última generación". Si lo ganáis no dejéis de invitarnos.
Plazo de presentación, hasta el 15 de marzo.
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3 comentarios:
Un hombre de buen corazón compró una vieja lámpara en un mercadillo escondido entre las más escondidas calles de Casablanca. Como todo el mundo sabe los árabes desde la invención de la electricidad utilizan sus viejas lámparas de aceite para encerrar en su interior genios maravillosos [que tan maravillosos no serán cuando deben estar encerrados]. Este hombre de buen corazón limpiaba con un trapo su nueva adquisición en su destartalado cuarto cuando de repente se formó una gran nube de humo que al ir disipándose dejó entrever la figura de Elvis Presley.
Mi nombre es Elvis Presley, soy el genio de esta lámpara y estoy aquí para cumplir todos tus deseos, amo. Estoy a la espera – dijo la figura mientras agitaba con golpes secos de cadera su brillante traje blanco con cristales incrustrados.
El hombre de buen corazón permaneció un par de minutos mudo. En su cabeza la incredulidad chocaba con un montón de deseos que iban y venían como fotografías lanzadas al aire. De pronto su buen corazón le templó la boca y empezó a pedir las cosas que una persona de buen corazón pediría. Quiero que se acaben todas las guerras del mundo, que nadie más vuelva a pasar hambre, que no exista ni vuelva a existir una gota de agua o una partícula de aire contaminada en el planeta. Quiero que se respete la vida de todos los animales, que las drogas no destruyan más familias, que ya no existan ni ricos ni pobres sino que todos los hombres sean iguales, quiero que desaparezcan todas las ideologías que coartan la libertad del hombre. Quiero la paz.
Y con un chasquido de dedos el genio borró a todo ser humano de la faz de la tierra. Esto es lo que pasa cuando pides a otros hacer tu trabajo – murmuró Elvis mientras salía por la ventana del cuarto montado en una alfombra voladora, a darse una vuelta por una Casablanca literalmente desierta.
Cortesía.
- Le felicitó, es usted una mágnica cocinera.
- Lo siento señor, me temo que se confunde, yo soy la merluza.
¿qué hora séra, qué día es hoy? el viento hoy no sopla, hay sol. Tres naranjas, un plátano, un puñado de nueces, pan, aceite y pájaros, muchos pájaros, trinan.
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