Cuando colgué la portada del libro de Marcos Ana, no tenía el libro y el otro día me lo regalaron. Casi lo he terminado y merece mucho la pena. Os rescato dos momentos:Maria Teresa León le hizo llegar a Marcos Ana un jersey tejido por ella misma. Paco Rabal de gira por Argentina hizo de correo y el paquete llegó al poeta encarcelado con la petición de que contase algo de su vida. En un papel de fumar pudo enviar desde el siguiente texto:
Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio.
Y un trocito de cielo
por donde a veces pasan
una nuba perdida
y algún pájaro huyendo de sus alas.
Ya fuera de la cárcel, en una visita a Cuba, un amigo peruano le invitó a recoger una conchitas que según le habían dicho tenían poder afrodisiaco. Era preciso ir muy temprano, como a las seis de la mañana para poder recogerlas. Ante esta propuesta Marcos Ana dice que respondió algo así:
-Mira, a las seis de la madrugada es a la hora que fusilaban a la gente en España y a mí, de momento, me resulta afrodisiaca hasta el agua mineral.
El ejercicio de hoy es el mismo del otro día, pero por favor, que nadie se ponga a arengar al prójimo. Y si algún osado/a es capaz de contrar su vida en dos palabras, también se admite.


