domingo, 7 de septiembre de 2008

Viajar

Hemos llegado a Septiembre y quien más quien menos habrá viajado lo suyo este verano, así que en eso consistirá el ejercicio de hoy. Quiero que escribáis una crónica de algún rincón de vuestro viaje. Y para que esta indicación tenga más energía y os sugiera tal vez más matices, vamos a ponerle un contrapunto:

¿Viajar? Para viajar basta con existir. Voy de día en día, como de estación en estación, en el tren de mi cuerpo, o de mi destino, inclinado sobre las calles y las plazas, sobre los gestos y los rostros, siempre iguales y siempre diferentes, como son, al final, los paisajes.
Cuando imagino, viajo. ¿Qué otra cosa hago yo cuando viajo? Sólo la debilidad extrema de la imaginación justifica que uno tenga que trasladarse para poder sentir.
La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

Fernado Pessoa. Libro del desasosiego

Suerte
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11 comentarios:

Anónimo dijo...

No importa donde estuve este verano. Allí fui feliz. En tantos sitios y días me dediqué a mirar al cielo, al mar, al mundo, a mi gente. Estuve también escuchando y tuve el pálpito de que había nacido para esto, para mirar y para escuchar; nada más justificaría mi existencia, nada más sería necesario.
Ahora he regresado y sé lo que voy a hacer todos los días laborables hasta el verano que viene, y no me siento bien.

UNA CERVEZA dijo...

Viajo constantemente por el mundo.
Viajo para ir a trabajar, para volver a casa, para ir a comprar, para ir a ver algún monumento o descubrir alguna ciudad, para ir a cualquier sitio...
Viajo explorando calles, pueblos, ciudades, campos, países...
Viajo a veces sin rumbo y otras con él, pero siempre viajo... Y de ello son testigas fieles las suelas de mis zapatos.
Susana

Anónimo dijo...

Viajo en coche, es de noche y sólo se oye la música de la radio.

Por la ventanilla se ven las luces de pueblos o ciudades, de casas en medio del campo, de gasolineras, de bares de alterne, luces que pasan rápido.

Viajo por una carretera olvidada, que ójala no llegue a ninguna parte, que sea infinita.

Viajo en la oscuridad, ójala que no salga el sol, sol que me deslumbra y que me hace ver con claridad lo que hay a mi alredor.

Prefiero quedarme en la oscuridad viendo pasar sólo luces y sombras.

Dejenme soñar un poquito más..

María

David Ruiz dijo...

DE NUEVO EN LA BRECHA

A Ricardo
y otros viajantes (en viajes de negocios)

ya estamos de nuevo compañeros
en la brecha
de traje y corbata
como mandan las normas de protocolo
volando hacia lechos extraños
lejos de lo querido
encontraremos allí
la muerte de un periodista
las mismas procesiones de coches de las que huimos
otras lenguas, tal vez otras gentes
nos seguirá el olor a tierra mojada
la lluvia en los portales
las luces de neón
aunque no soy de encariñarme
con mujeres de una sola noche
contigo voy a romper la norma
le daré alguna calada a tu cigarrillo
compartiremos el humo
vamos nosotros los irremplazables
porque manejamos las palabras mayores
con la paciencia suficiente
y no nos importa descalzarnos
para volver a casa
a nuestro regreso
después de haber cumplido la burocracia exigida
paneles de luciérnagas o sellos
mar de nubes
tragedias normativas
el cariño acumulado, el recuerdo perdido
el beso de bienvenida y al fin
el descanso

Anónimo dijo...

Publicidad (con Privacidad)

Oferta,viaje de última hora

Escapada para dos personas
Destino desconocido
Mil días y mil y una noches
Incluye desayunos en la cama
y visitas culturales al
Museo de Antropología y Anatomía Humana.
No incluye impuestos morales, se abonarían en la otra vida.

Interesados remitir besos o similar al remitente del anuncio.

María

Anónimo dijo...

El VIAJE:

Cogí el coche, lo llene de familiares y maletas. Compre un maletero para el techo.
No encaminamos en sentido inverso al de los inmigrantes norteafricanos en un principio.
Nuestro viaje fue de Madrid a Paris y de Paris a Cádiz. Recorrimos poblaciones, de
noche y de día, las gasolineras nos hicieron compañía. Compramos vino en Burdeos,
nos paseamos por Orleáns, vislumbramos su castillo, pasamos por los pueblecitos verdes franceses. Por fin llegamos a Paris,
supuesta capital de la luz, yo más bien diría del frió. Moderna, aséptica, aunque el Sena
la hace especial. Navegamos por el, cerramos lo ojos y nos besamos bajo sus puentes.
Buscamos al Jorobado en Notre Damme. Los museos, los dejamos para una segunda oportunidad. Después nos encaminamos a Disney Land, tierra donde los niños creen,
que todo el año es Navidad, para un adulto solo un lugar donde hacer cola, gente y
más gente, de todas las nacionalidades, religiones y colores.
Por la noche la torre Eiffel iluminada nos esperaba, esplendorosa, gran obra de la ingeniería humana. Desde lo alto se ve todo más chico, viento helador, no note
la cercanía de Dios.
A la mañana cogimos de nuevo el coche y ahora si, como un marroquí o un argelino,
nos hicimos la ruta hasta Andalucía. Pero nosotros vamos a Cádiz, ciudad donde veranea gente pudiente. Bonitas chicas en bañador y Top-less, alegrándonos la vista,
el olor a mar, que me despeja que da gusto, el pescaito frito. Esas barbacoas del trofeo
Carranza. El Puerto de Santa María, sus centenarias bodegas y su real plaza de toros, Ese Romerijo, donde
poder sentarse es una quimera, con marisco a trote y moche. Recorrer en barco,
de Cádiz al Puerto y del puerto al cielo después de una buena botella de fino.
Chipiona y su ermita, Rocío Jurado y su estatua. Sanlucar y las carreras de caballos,
más manzanilla, por favor. Después para Ciudad Real, para alumbrar en la novena a
La Virgen del Prado, miles de velas encendidas en su honor, las calles regadas de cera,
Luego la feria, chicas guapas, ambiente del sur, cubata y Salobreña. Despedida y cierre,
Madrid nos espera, solitaria y calurosa. Que gusto llegar a casa y disfrutar de la capital con poca gente. Y ahora a esperar otro año, para volver a disfrutar, un año entero para soñar.
BRAGAOMEANO

Anónimo dijo...

Necesito viajar, cerrar puertas y ventanas y montar en un vagón con gente desconocida a la que no tenga que sonreir, Necesito ese anonimato que te da el viaje con extraños.
En mi destino me angustió pensar en mi misma, detenerme en mi soledad e inicié el viaje hacia ese interior que se me oculta y me hace ser como soy. En el viaje de vuelta he sido capaz de sonreir, algo he encontrado en mi camino.

Anonimo II dijo...

Lo llamamos viajar, y cambiamos de lecho, de horarios, de rutinas y de entornos. Cogemos trenes, aviones, o recorremos carreteras durante horas. Vemos nuevas caras, nuevos rostros, nuevos paisajes. Llenamos los pulmones de aires nuevos, aires limpios, decimos….
¿Es eso viajar? Yo creo que no, viajar es cuestionarse las cosas, dejar que nos inunden ideas nuevas, cambiar el horizonte de nuestra vida, aquí o allí, poco importa el lugar. Descubrir el paisaje del otro, y curiosear, investigar y aprender y disfrutar y respetar… Y sobre todo crecer, eso es viajar…¡¡que envidia me dan los niños!!

Anonimo II dijo...

Lo llamamos viajar, y cambiamos de lecho, de horarios, de rutinas y de entornos. Cogemos trenes, aviones, o recorremos carreteras durante horas. Vemos nuevas caras, nuevos rostros, nuevos paisajes. Llenamos los pulmones de aires nuevos, aires limpios, decimos….
¿Es eso viajar? Yo creo que no, viajar es cuestionarse las cosas, dejar que nos inunden ideas nuevas, cambiar el horizonte de nuestra vida, aquí o allí, poco importa el lugar. Descubrir el paisaje del otro, y curiosear, investigar y aprender y disfrutar y respetar… Y sobre todo crecer, eso es viajar…¡¡que envidia me dan los niños!!

Anónimo dijo...

Un viaje,

A veces el mejor viaje surge sin moverse, solo sabiendo disfrutar de cada instante, saboreando el momento. Descubriendo rincones y calles de tu ciudad, mirando con atención la belleza de las plantas y flores de los jardines que a todos pasan desapercibidos, prestando atención a las puestas de sol del verano, que cada día son únicas. Fijándose en los pajarillos que se acercan amistosamente a tu ventana, disfrutando de un desayuno lento, pausado, sin tener que salir corriendo, a la fresca brisa de una mañana de verano con un libro en la mano donde el desayuno puede durar horas…viajar…

Anónimo dijo...

EL VIAJE

El agua caía gota a gota, lenta, perezosamente. Primero era una
concentración de luz que iba engordando, tomando volumen sin prisa por la acumulación de otras minúsculas concentraciones que le llegaban patinando a derecha e izquierda, hasta llegar a formar una pequeña bolita tartamudeante y temerosa colgando de la goma de su indecisión, oscilando abajo y arriba brillante e irisada, cargándose en cada arrepentimiento de energía, cada vez un poco más, hasta que ya, oronda y definitiva gota, a la de una a la de dos y a la de tres se lanzaba, pura concentración de luz, al vacío. Caía con una resolución absoluta, ansiosa de terminar el viaje y de llegar a su destino con una voluntad perfectamente mensurable, un afán de llegada que progresaba en intensidad justamente 9,8 metros por segundo al cuadrado. “mira, esto es muy fácil, solo tienes que entender una cosa para comprender bien el movimiento uniformemente acelerado y es que el móvil va aumentando su velocidad con una aceleración constante que se mide en tantos metros por segundo cada segundo,¿ entiendes lo de por segundo en cada segundo?” Él ya se ha ido, pero del todo y el recuerdo trae aromas de leña ardiendo en la estufa, y al retortero, la palabra leña toma ese sentido arcano del fuego que huele a matricial acogimiento: el triunfo de lo ancestral sobre la sanier duval.
Siempre la caída me ha atraído más que el ascenso. ¿Qué se puede aprender del triunfo? Y siempre me he identificado mejor con la derrota , quizá porque el triunfo brilla mucho y siempre he tenido la vista débil Viendo aquella resolución, aquél ansia de destrucción recordé viejas historias de heterodoxos que frente a la soberbia de pretender mirar a Dios de frente, conscientes de su pequeñez, sabiendo que jamás conseguirían remontar el vuelo, “ascendiendo hacia la perfección por el camino de espinas”, antepusieron a la soberbia la humildad y, sabedores de que si Él los quisiera de otra forma de otra forma los hubiera creado, comprendieron que lo que se les pedía era ahondar en su esencia pecadora y buscaron en la depravación su salvación hasta el máximo y sin reservas, como forma de cumplir la divina voluntad. ¿serían las gotas también heterodoxas y, abrumadas por su esencia pura, buscaban el descanso en un viaje sin retorno hacia el lodo? Permanecí hechizado contemplando aquella destrucción suicida, aquella huida del sol que calentaba cada vez más el témpano, las gotas cada vez más decididas, casi vehementes, luchando por conseguir ser la siguiente, “es como cuando abre el Corte Inglés el primer día de rebajas” pensé, como un ejercicio de percusionista acelerando el golpeteo más y más hasta llegar a que el tamborileo suene como un silbido, como el chorrito de agua en que se había transformado aquel




titubeante primer goteo y oh maravilla, entonces he ahí el milagro: la carne resucitó, y en el suelo cenagoso el sol iluminó un charquito brillante y límpido cual la piel de los justos en el cielo.
- no te hagas líos tronco, unas pilinguis sin ascensor locas por hacer la calle- sentenció el filósofo.

J.B.