viernes, 25 de noviembre de 2016

Hambre de poesía


En la Calle Justiniano de Madrid, los vecinos han organizado una exposición con frases del Quijote. De los balcones cuelgan banderas y mensajes. Ayer me fijé en el que podéis ver arriba. Lo leí y me sugirió el título de esta entrada. Hambre, sí, pero con poesía. Hambre de poesía.

Ayer también murió Marcos Ana. El otro día, en el viernes de los cuentos, versión corro y contamos todos, Blanca Calvo contó la historia de la primera mujer de Marcos Ana y del inmenso ramo de flores que le regaló.

Mañana o pasado volveré ha hacerme entera la calle Justiniano, que por cierto es muy pequeña y ¿qué pensáis? ¿qué tendré más o menos hambre?

(El ejercicio de hoy, como veis, es que a partir de la imagen o del título de la entrada escribáis lo que os dé la gana)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El año que es abundante de poesía suele serlo de hambre de amor.
Donde hay poesía hay amor, cuando el amor se hace carne,uno pasa de poeta a legionario.
Díos nos libre de tener que escribir poesía, para poder yacer con el projimo.Mas bien,que la tengamos que escribir, para glosar nuestras conquistas.