sábado, 29 de agosto de 2009

Me encantan los regalos

Cuando colgué la portada del libro de Marcos Ana, no tenía el libro y el otro día me lo regalaron. Casi lo he terminado y merece mucho la pena. Os rescato dos momentos:
Maria Teresa León le hizo llegar a Marcos Ana un jersey tejido por ella misma. Paco Rabal de gira por Argentina hizo de correo y el paquete llegó al poeta encarcelado con la petición de que contase algo de su vida. En un papel de fumar pudo enviar desde el siguiente texto:

Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio.
Y un trocito de cielo
por donde a veces pasan
una nuba perdida
y algún pájaro huyendo de sus alas.


Ya fuera de la cárcel, en una visita a Cuba, un amigo peruano le invitó a recoger una conchitas que según le habían dicho tenían poder afrodisiaco. Era preciso ir muy temprano, como a las seis de la mañana para poder recogerlas. Ante esta propuesta Marcos Ana dice que respondió algo así:
-Mira, a las seis de la madrugada es a la hora que fusilaban a la gente en España y a mí, de momento, me resulta afrodisiaca hasta el agua mineral.

El ejercicio de hoy es el mismo del otro día, pero por favor, que nadie se ponga a arengar al prójimo. Y si algún osado/a es capaz de contrar su vida en dos palabras, también se admite.

6 comentarios:

Mangaslargas dijo...

Mi más sinceras disculpas si alguien se sintió arengado en el ejercicio anterior. Tal vez no cogí la esencia de lo que se pedía.

Jesús Rocha dijo...

podría ser: http://www.cuentacuentos.eu/

J. Rocha dijo...

Mi vida podría ser:
patria o muerte,
pero es:
sin patria ni cielo.
Podría ser:
luz y vida,
pero es:
ya veremos…
Podría ser:
mi vida,
pero es:
nuestras vidas.
Podría ser:
La casa y el coche,
pero es:
todo sobra.
En fin, al final,
en dos palabras:
nada queda.

Anónimo dijo...

recuerda volver
ese telegrama
te dejo vida

Anónimo dijo...

Como dice un anuncio de cervezas y sin querer plagiar a nadie. De casa al trabajo y del trabajo a casa. El vacio queda.

BRAGAOMEANO dijo...

Pués a mi me parece afrodisiaco todas las cosas que no lleven la violencia en su seno.
Hasta el trabajo me lo parece,
si no preguntenselo al que lleva ya tiempos sin encontrarlo.
Las pequeñas cosas, que nos rodean y nunca las hacemos caso, hasta que nos faltan, preguntenselo a Jesús Neira. Con está crisis que tenemos, que ha venido en parte por habernos dado al libertinaje del dinero en todas sus facetas, ahora que estamos en el fango de nuevo, volvemos apreciar lo que antes era trivial, un amanecer, un desperdiciar el Alba, mirar las estrellas, fumar un puro en la sobremesa etc. Y disfrutando con más ganas esperando la venida de la
tan desconocida gripe A.