En un día tan importante para los nacimientos como éste, os recuerdo que hace justo un mes, el 25 de noviembre, habría cumplido 454 años Lope de Vega. Eso sí que es una ausencia y no la que retrata él mismo en este soneto:
Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.
Lope fue una especie de Leonard Cohen de su época, sólo que mucho más prolífico. Fue un hombre que vivió en el mundo, que tuvo éxito, que conoció el amor y la ausencia, nos queda claro. Pero en la historia que de él cuenta la Wikipedia, sus amores exagerados superan todo lo imaginable. No es de extrañar que en sus obras dramáticas se saltase la unidad de acción y optase por desarrollar dos acciones paralelas al estilo italiano. Pocas me parecen.
Os copio un párrafo del artículo de la Wikipedia:
"Durante bastantes años Lope se dividió entre los dos hogares y un número indeterminado de amantes, muchas de ellas actrices, entre otras Jerónima de Burgos, como da fe el proceso legal que se le abrió por andar amancebado en 1596 con Antonia Trillo; también se conoce el nombre de otra amante, María de Aragón. Para sostener este tren de vida y sustentar tantas relaciones e hijos legítimos e ilegítimos, Lope de Vega hizo gala de una firmeza de voluntad poco común y tuvo que trabajar muchísimo, prodigando una obra torrencial consistente, sobre todo, en poesía lírica y comedias, impresas estas muchas veces sin su venia, deturpadas y sin corregir."
Además, Lope fue el primer autor español que pudo vivir de lo que escribía, enorme mérito. Pero al final, entre la ausencia y la presencia, debió hartarse, o arrepentirse o convertirse y se ordenó sacerdote. Esto no impidió que siguiera amando a mujeres, pero sí parece que de un modo más calmado. Cohen también se recluyó en un monasterio y regresó.
El ejercicio de hoy puede ser muchos. Podéis hablar de la ausencia y de la presencia o no hablar de ellas. Podéis escribir un soneto. Podéis hablar de Lope o de Cohen. No sé, también podéis leer el soneto otra vez, en voz alta, ausentaros de esta página y volver a vuestra vida.