sábado, 27 de marzo de 2010

Poema comunitario

En el preciso momento en que se ha colgado esta entrada, las 11h del día 27 de marzo, está programada la realización de un poema comunitario en la Biblioteca Pública de Guadalajrara. Para los que no podáis acercaros, existe también la posibilidad de participar aquí.

Todo empieza, como dije en la última entrada, con el poema Tristes guerras de Miguel Hernández:

Tristes guerras

si no es amor la empresa

Tristes, tristes

Tristes armas

si no son las palabras

Tristes, tristes

Tristes hombres

si no mueren de amores

Tristes, tristes

Y el ejercicio es añadirle versos y colgarlos en la Biblioteca o en los comentarios de este blog.

4 comentarios:

  1. Va la tercera intentona:
    Los + tristes de los tristes, no mataron.
    Simplemente enmudecieron al vencido.
    Pero no habían llenado el vaso, no calmaba su sed todo esto.
    Fue su trabajo repetido, convencer de su pretendida razón.
    Con ello rebosó el vaso, y pudieron llenarse de agua.
    Aunque un sabor a vergüenza quedó por siempre en su boca.

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  2. por una mujer
    por un estamos de paso para otro lugar
    por tierra, por más tierra
    de la que se puede abarcar con los ojos
    por la muerte de un hombre
    por la muerte de varios hombres
    todos ellos compatriotas
    todos clamando venganza
    ellos ya conquistaron su pedazo de tierra
    en el cementerio
    por la primera
    por la humillación que arde en el orgullo
    y justifica una segunda
    por ayudar
    por meternos donde no nos llaman
    por ayudar de nuevo pero sacando tajada
    por rezar a quien no debes
    por ayudar
    qué cojones, por robar
    para qué vamos a engañarnos

    tristes excusas para continuar derramando
    sangre
    tristes, tristes

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  3. ...Y volvió el Principito
    en busca de su cordero,
    y encontró nuestro planeta
    repletito de agujeros.

    ¿Qué habéis hecho con mis rosas,
    qué hicisteis, que no las veo?
    Las pusimos en un muro
    y apretamos el dedo.

    Las rosas lloraban quedas,
    gritaban en su silencio,
    diciéndole al Principito:
    ¿porqué te fuiste tan lejos?

    Mª José

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